Cómo curar la cruda moral

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La mañana después de una intensa fiesta puede ser incómoda. Los dolores de cabeza, el asco y la incomodidad general que acompaña a la famosa “cruda” nos pueden tener echadas en un sillón por horas y horas. Para este mal existen muchos remedios, y todas sabemos que es algo pasajero, pero existe una consecuencia mayor a la noche de excesos, una que no desaparece tan fácilmente: la cruda moral.

 

Es ese malestar emocional que nos da cuando nos arrepentimos profundamente de lo que hicimos una noche antes. En muchos aspectos es peor que la cruda física, especialmente porque, por lo general, involucra a otras personas.

 

Te puede dar cruda moral cuando, por estar intoxicada, haces, dices o muestras cosas indebidas a los demás. Algunos ejemplos son ligarse al novio de tu mejor amiga, chocar el carro de tus papás o gritarle verdades incómodas a tu novio en frente de todos sus amigos.

 

 

Pero, al igual que el malestar físico, la cruda moral tiene su cura, y estos son algunos tips que te tenemos para erradicarla por completo.

 

1. Discúlpate

 

 

A nadie le gusta pedir perdón, pero dar la cara es indispensable para curar el malestar. Visita a tu novio, amiga o familiar al que le hiciste daño y da la cara. Discúlpate profundamente pero no des excusas de tus acciones, para ese momento es probable que todos sepan que el alcohol fue la causa de tu problema.

 

2. Habla con alguien

 

Busca a la persona que más confianza le tengas de la fiesta y pídele que te llene las lagunas mentales. Es difícil reivindicarse si no sabes lo que hiciste.

 

3. Repara los daños

 

 

Si afectaste propiedad ajena, ¡repárala! Compra, pinta o arregla lo que sea que hayas dañado en tu noche de locura. Es importante que reemplaces lo que echaste a perder (esto usualmente significa comprarle vasos a la anfitriona de la fiesta).

 

4. Aprende de tus errores

 

Analiza qué sucedió durante la fiesta que provocó tu conducta. Seguramente no querrás sentirte así de nuevo, por lo que es importante descubrir cuál fue el momento en que perdiste el control. No dejes que tu fiesta vuelva a llegar al punto de herir a los demás.

 

5. No te azotes

 

Todas pasamos por esos momentos. Tus amigas te quieren lo suficiente como para perdonarte el desliz. Sólo recuerda no hacerlo hábito, porque a nadie le gusta lidiar con la “malacopa”.

 

Trata de controlar tu consumo de alcohol. A todas nos pasa alguna vez en la vida, pero recuerda que tomar tanto puede ser peligroso. Además, ¿cuál es el punto de salir de fiesta si no la recuerdas? Encuentra ese momento en el que debes dejar de beber durante la noche y apégate a él, tu cuerpo y tus amistades te lo agradecerán.
 

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