¿Se acuerdan cómo era el amor antes de Wifi?

El amor en tiempos de WiFi es tan diferente a lo que vivimos las que nacimos en los 80. Los niños de ahora ya no tendrán que sobrevivir al terror de marcar a casa de su crush después de las 9 de la noche y esperar que no contestaran sus papás.

Estas son sólo algunas de las cosas que han cambiado en el amor en las últimas décadas.

1. Antes nos escribíamos recaditos en la escuela y los pasábamos so pena de que la maestra te cachara y te hiciera leerlo en voz alta frente a todo el salón.

2. Antes tenías que esperar a que te hablara el niño que te gustaba, ¡y no podías hacer nada al respecto! No había forma de enterarte de su última hora de conexión ni palomitas azules para robarnos años de vida.

3. Si te ponías de acuerdo con alguien para que te marcara después de las 11 tenías que hacer malabares para que el teléfono no sonara. Esperar junto al inalámbrico y levantarlo en cuanto sonaba el foquito, por ejemplo.

4. Y hablando de inalámbricos, lo peor que te podía pasar era cuando, a la mitad de una conversación larguísima de media noche, el teléfono pitaba porque se iba a quedar sin pila.

5. Te tenías que aprender los teléfonos de memoria, y probablemente todavía te acuerdas del número de tu mejor amiga. (¿o no?)

6. La pregunta “¿dónde estás?” no tenía sentido. Sabías perfectamente dónde estaba tu novio cuando le llamabas por teléfono porque todos eran fijos. ¡Que te dijera que estaba en casa si andaba de parranda era imposible!

7. ¿Querías chatear con alguien en la noche? Si no te acordabas de apagar las bocinas TODA la familia se enteraba de que estabas intentado conectarte la internet.

8. ¿Le querías dar un regalo musical a tu chico? Tenías que sentarte horas frente a la grabadora esperando a que saliera la canción que querías para picarle REC. ¡Y si el maldito locutor seguía hablando después de empezarla lo querías matar!

9. Ibas a la papelería sólo a comprar hojas con monitos que después pudieras usar para escribir cartitas hacer monitos de origami complejísimos.

10. Cuando tenías una cita y tu pareja iba retrasada no podías hacer más que esperarlo, y rezar porque no te fuera a dejar plantada.

Al final, el sentimiento es siempre el mismo pero, ¡cómo han cambiado los medios!