Cómo me volví a casar con mi exesposo 27 años después

Te llevo siempre conmigo; no muy cerca pero sí muy dentro”. Checa la historia de Colin Drury y de cómo se volvió a casar con su exesposo… ¡27 años después!

Es un cliché hablar del amor a primera vista, pero creo que eso es lo que nos pasó a Chris y a mí. Nos conocimos en la boda de mi hermano, cuando yo tenía 17 y él 23, y desde el momento en que nos presentaron, hasta el momento en que nos dijimos adiós, no nos separamos ni un minuto.

Sus amigos bromearon con que él parecía una mascota que me seguía a todos lados. Era guapo, divertido y amaba su cabello. Yo vivía en Sheffield, él en Wrexham, pero me preguntó si podía visitarme y le dije que sí. Por 4 años nos cortejamos a distancia hasta que finalmente me preguntó si me quería casar con él en 1977. Le dije que sí sin pensarlo.

Estuvimos juntos por 7 felices años. Nunca dejé de reírme con él. El problema era su trabajo: era conductor de camiones en la firma de su padre y pasaba largos periodos fuera. Me sentía sola, así que decidí mudarme con mi familia y amigos, y sentía que la vida se me pasaba esperando al alguien que nunca estaba ahí.

Un día, en 1984, me dijo que tenía que irse a Escocia y sentí que algo estaba roto. Le dije que si se iba yo no estaría esperándolo. Y eso fue lo que pasó. Mi hermano llegó en la tarde y recuerdo las palabras exactas que me dijo: “Esto es una pérdida de tiempo. Ustedes estarán juntos de nuevo muy pronto”.

Excepto por la semana que nos vimos para discutir los términos de nuestro divorcio, nunca más volvimos a vernos por 26 años. Me sentía devastada, pero tenía 27 años y decidí que debía continuar. Me casé de nuevo, tuve 2 niños y empecé a trabajar en un pub.

A menudo pensaba en Chris, escuchaba canciones que me recordaban a él, pero me negué a seguir viviendo en el pasado.

En 2010, me divorcié nuevamente y juré no volver a estar con ningún hombre nunca. De pronto, un amigo me dijo que había una foto de mí en un libro de los 70 en Sheffield. No creía lo que veía. Éramos Chris y yo en nuestra noche de bodas. La recepción de la boda fue en un local de rock´n´roll y la foto se había tomado ahí. Verla de nuevo me hizo sentir mariposas.

Decidí saber de Chris de nuevo. De hecho, eso sería sencillo, y es que nunca supe que mi mamá y él habían permanecido en contacto y cada año se enviaban postales navideñas. Mi mamá tenía su número telefónico en su agenda.

Así que lo llamé. Estaba muy nerviosa, muy apenada. Cuando le dije quién era, me dijo:

Hola, Annie, ¿cómo estás?

Hablamos de manera tan natural. Y eventualmente me enteré que él estaba soltero pues su familia sabía que el único amor de su vida era yo y que nunca se había vuelto a casar. 3 días después de hablar, manejó hasta mi lugar para verme. Él sólo quería ver dónde vivía. De pronto lo vi en la calle y lo reconocí de inmediato. Tenía menos cabello y más peso, pero seguía siendo mi Chris.

Pasamos toda la tarde mirando fotos y platicando. Hice varias tazas de té y acordamos cenar la semana siguiente. No pudimos dejar de hablar y reíamos como niños. La noche terminó con un abrazo.

Me propuso matrimonio 3 semanas después

Y, por segunda vez, dije sí. Mis hijos lo conocieron y me animaron a rehacer mi vida.

Nos volvimos a casar en abril del 2011. Mi hermano me dijo en la boda:

Te dije que volverían a estar juntos. ¿Por qué pasó tanto tiempo?

La verdad es que no lo sé. No me arrepiento de pasar 26 años separados porque tengo 2 increíbles hijos y porque quizás necesitábamos la separación para no albergar resentimientos.

Pero no quiero perder a Chris de nuevo.

Colin Drury

Texto: The Guardian Experience

Imágenes: Acción Poética