Por qué decidí tener un matrimonio abierto

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Para algunos, la infidelidad es un error imperdonable, para mí, tener sexo con otras personas es parte nuestra biología. Checa la experiencia de esta chica que decidió tener un matrimonio abierto y que nos encontramos en Bustle.

 

Para mí tener sexo con alguien más no es sinónimo de traición. Y es que ser infieles, ocasionalmente, es parte de nuestra biología.

 

De hecho, ahora mismo mi matrimonio es más íntimo. Tenemos 4 hijos y profesiones que nos demandan mucho tiempo, así que necesitábamos algunos ingredientes para reactivar la vida erótica en nuestro matrimonio.

 

Todo comenzó hace un año, cuando mi esposo y yo decidimos tener una aventura. Yo quería tener sexo con otra mujer, algo que no había hecho en mucho tiempo. Platicamos sobre el asunto, y cuando me dio luz verde conocí a una mujer en la web.

 

 

Bonni, como yo, estaba casada y era bisexual. Decidimos ir por unos tragos a un bar. Fue atracción instantánea. Después de un rato de beber y coquetear, descubrimos que nuestros esposos estaban cerca de ahí.

 

Decidimos invitarlos y surgió una amistad inmediata entre los 4. No pensé quedar encantada por Bill, el esposo de Bonni, pero él era abierto y apoyaba totalmente la bisexualidad de ella. Tuvimos citas en conjunto fabulosas.

 

Los compromisos con las familias y el poco tiempo, hicieron que perdiéramos contacto. No obstante, fue una aventura que siempre apreciaré por muchas razones; la principal es que intensificó el amor y la confianza entre mi esposo y yo.

 

Y es que a medida que exploramos lo que somos y lo que deseamos, la apertura mantiene el misterio vivo entre mi marido y yo.

 

 

Algunas veces dormimos con personas nuevas y eso es una medición para saber qué tan conectados estamos como pareja. Hay un encanto en el paracaidismo emocional de permitir que tu compañero tenga sexo con otra persona.

 

Creo que la segunda ola del poliamor tiene una curva claramente feminista. En la mayoría de los matrimonios poliamorosos que conozco la mujer no es una " víctima".

 

Mi matrimonio abierto mejora mi relación con mi esposo. Es una manera intencional de evolucionar juntos, una forma de crear un espacio que nos ayude a mantener un vínculo profundo.

 

 

Aristóteles dijo: “Somos lo que repetidamente hacemos". La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito. Yo quiero, pues, tener el hábito de seguir invirtiendo energía y pasión en mi marido, y para mí eso significa poder dormir con tantas personas queramos.

 

 

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