¿Por qué necesitamos romper el tabú de la menstruación?

Seguramente tienes una historia vergonzosa relacionada con la menstruación, como el día en que te manchaste en la secundaria y todos se dieron cuenta. Pero, ¿por qué todas las mujeres nos avergonzamos por nuestro periodo?

Desde que somos pequeñas se nos habla de la menstruación en secreto. En algunas primarias, cuando lo explican por primera vez a cientos de niñas, hacen que los varones dejen el salón. ¡Como si se tratara de algo malo que debemos ocultar! Y quizás, hasta la fecha, cuando vas al baño, escondes tu toalla sanitaria en la bolsa de tu pantalón.

Puede ser que también hayas recibido comentarios de desagrado y asco cuando comentas algo relacionado al tema, incluso de otras mujeres.

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Esto no sólo pasa en nuestra cultura, en India, cuando estás en esos días, no puedes hacer la comida ni entrar a la cocina. En la Biblia, se dice que la mujer quedará ceremonialmente impura cada que tenga su periodo. En el Corán, se asegura que la menstruación es algo dañino y se le aconseja a los hombres a alejarse de las mujeres mientras estén en esa situación.

El problema cultural que existe alrededor de la menstruación es que las mujeres se sienten apenadas por algo que no pueden controlar de su biología.

Además, en África, una de cada diez niñas pierde una semana de clases cada vez que tiene su periodo. Y sólo en Uganda, las afectadas son el 50% de las alumnas. Para las adolescentes, no es fácil conseguir una toalla sanitaria,  así que tienen que conformarse con un pedazo de tela que no evita accidentes y como consecuencia sus compañeros se burlan de ellas.

Conforme las estudiantes africanas se atrasan en sus estudios, comienzan a sentirse desalentadas por su rendimiento académico y terminan por abandonar la escuela.

En México, aunque las adolescentes tienen más opciones para no mancharse durante la menstruación, aún existe mucho desconocimiento sobre el tema. Quizás aquí las niñas no dejen la escuela, pero sí evitan otras actividades, como el deporte, por miedo a que ocurra un accidente.

Aceptemos esta parte de nuestra anatomía sin bochorno, todavía pasaremos por esto muchos años. No vale la pena limitarnos.