Carta abierta al pasado

Carta abierta al pasado
Carta abierta al pasado
Recibe lo mejor de nuestro contenido en tu correo SUSCRÍBETE

Al hacer click en Suscribirme quedarás registrad@ a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento.

 

Querido pasado,


Estoy empacando cuidadosamente tu caos, poniéndote en una caja y guardándote mientras puedo. Antes de amarrar el último nudo de los listones deshilados de una juventud vacilante, te estoy dejando esta nota; llámalo cierre, paz o una retribución por las lecciones que aprendí; llámalo todo menos esperanza, porque tú no te vas a quedar aquí.


Tu sinfín de recuerdos no es completamente indeseable. Me llevaré las que importan y mantendré cerca las mejores, pero sólo de cargarte me estoy rompiendo la espalda. He subido colinas llevando a cuestas los recuerdos de la derrota, he sumergido los pies en las agua de una nuevo romance mientras nado contra las corrientes de una amor pasado –se me permite estar lo suficientemente cansado como para dejarte ir.


No tomes esta carta como un desaire, creo que eres mágico. Cuando me acuerdo de nuestros mejores momentos, tú enciendes fuego en mi mente. Cada vez que reflexiono sobre nuestra gran historia, recuerdos de cumpleaños, primeros besos, presentaciones orgullosas e invaluables viajes se prenden como viejas flamas.

 

Desde el primer día de clases hasta la elección de anillos llamativos para dedos tímidos, tú eres una bóveda de mis éxitos, de mis derrotas y de mis secretos mejor guardados. Nunca he sido de los que comienzan incendios –no puedo revivir esos momentos incendiarios. Cuando te acercas mucho a las flamas viejas, eventualmente te vas quemar.

 


Debo admitir que hasta me da miedo perder tus partes menos favorables. Conforme pasa el tiempo tus orillas han perdido filo. Tus detalles se han hecho más suaves, como una cicatriz pequeña o una neblina apaciguada. Tratar de retenerte es como tratar de atrapar una nube de humo –algunos momentos no están hechos para mantenerse cautivos, especialmente los que son tóxicos.


Algunas personas piensan que debo estar resentida contigo, otras piensan que debería escribirte un libro de memorias de 24 años. Has sido la mejor parte de un chiste, el elefante en el cuarto, el dolor en mi pecho, el motor que me empuja hacia adelante –Pasado, eres todo un multitasker. ¿Y yo? Soy una mujer con una caja y una mente abierta.


Quiero la vida de un vagabundo con el pasaporte lleno, una estampa por cada historia. Planeo guardar un pedazo de cada persona extraordinaria que conozca. Voy a esforzarme por subir la escalera del éxito sólo para tirarla y construir la mía. Voy a amar a alguien hasta que mi corazón reviente. Te quiero mucho y lamento que no me puedas acompañar.


A pesar de la creencia popular, no me arrepiento de ti ni te resiento. Agradezco haber cargado tu peso por tanto tiempo y así ganar una serie de lecciones que algunas personas nunca aprenderán. Tal vez estás perdiendo tu enigmática estructura, pero me has moldeado en una persona más completa. Tal vez abra tu caja para recordarme por qué soy la mujer que soy o quizá para agregar nuevos recuerdos, pero sólo necesito un momento.


Estaré por siempre agradecida, pero no soy tuya por siempre.


Con amor,


El presente


(via: Thought Catalog)

Compartir en Facebook compartir en twitter, se abrirá en otra ventana Compartir en Pinterest Agregar a favoritos Enviar por correo electrónico