Autoconciencia en tu muñeca

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La autoconciencia puede sonar a un término místico. Sin embargo, hoy no escribiré al respecto de alcanzar la iluminación, sino de conocer un poco más de nuestro cuerpo para sentirnos mejor.

 

Desde hace mucho tiempo es una práctica común el monitorear ciertos aspectos del organismo para llevar a cabo acciones correctivas o de control: las personas diabéticas miden su nivel de glucosa en casa; algunas otras, se toman la presión arterial con la ayuda de un aparato que cabe en un cajón. Adoptando estas prácticas y llevándolas un paso atrás, a la medicina preventiva, es cómo nace la corriente del "yo cuantificado" ("Quantified self" , traída al mundo por Gary Wolf).

 

La parte medular de ésta, es el conocer nuestro organismo y hábitos de tal manera que podamos controlarlos para aumentar o mantener nuestro nivel de bienestar.

 

Por ejemplo, enfoquémonos en un aspecto que nos preocupa sobremanera: el peso. Muchas veces nos quejamos de que estamos perpetuamente a dieta, o de que nos sentimos culpables comiendo una tira de tocino, pero no modificamos nuestra actividad diaria para poder comernos esa deliciosa hamburguesa sin reprocharnos 6 días después el haberlo hecho. Otro ejemplo: nos arrastramos al trabajo cada mañana, porque implica un esfuerzo sobrehumano el salir de la cama.

 

Entonces, ¿Cómo nos ayuda la tecnología en esta tarea que se antoja complicada? Actualmente existen en el mercado muchos dispositivos que llevan un registro de lo que pasa con nuestro cuerpo: la actividad física, la calidad del sueño, el ritmo cardiaco, el nivel de sudoración y muchos 'etcétera'.  Nuestro cuerpo siempre nos ha proporcionado información. Ahora sabemos cómo interpretarla, sin necesidad de tener una especialidad en ciencias médicas.

 

Uno de estos aparatitos llegó a mis manos hace aproximadamente seis meses. Al principio fue una experiencia perturbadora, porque no dejaba de mirar mi ritmo cardiaco, y siempre me preocupaba cuando estaba un poco arriba de 100 latidos por minutos. Conforme pasó el tiempo, aprendí a conocer en qué rango late mi corazón cuando estoy en reposo, a diferencia de cuando estoy haciendo ejercicio. Después, comencé a usarlo para dormir, y entonces dejó de ser un misterio el por qué no podía levantarme en la mañana: 5 horas 27 minutos de sueño, 18 giros durante ese tiempo y solo 38 minutos de sueño profundo. Ahora estoy con el control de calorías: el reloj me dice cuántas  quemo al día. Saber con cuántas calorías me quedo, es cuestión de calcular cuántas ingerí en los alimentos (esto no lo hace mi reloj, pero hay muchas aplicaciones o páginas que te ayudan a lograrlo) y hacer la comparación contra las que gasté.

 

A continuación, les presento 3 opciones de wearables que pueden considerar:



1. Misfit shine - monitorea actividad física y ciclos de sueño. Tiene un diseño elegante y puedes comprar bandas de piel o deportivas para cambiar la apariencia. Utiliza baterías desechables que duran hasta 6 meses. Anda alrededor de los 100 USD.


2. Basis peak - al igual que la misfit shine, monitorea actividad física y ciclos de sueño. Este nuevo diseño tiene mucha más vista que el anterior (Basis B1) y su batería es recargable. El precio es 199 USD.


3. Apple watch - este dispositivo sale a la venta en el 2015. En la página de Apple se ve muy bonito y dice que registra la información de tu actividad física y puedes leer tus correos y enviar mensajes a través de él.  Para los amantes de Apple, lo podrán comprar a partir de 349 USD.


Cierro este artículo con una frase de Gary Wolf: "si queremos actuar más eficazmente en el mundo, tenemos que conocernos mejor nosotros mismos".

 

 

Por @geekgirlsmx / @adacabrales

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