Llevar comida a la oficina perjudica tu dieta

Llevar comida a la oficina perjudica tu metabolismo
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Si eres una de esas personas que se lleva la comida preparada en casa a la oficina, este artículo te puede interesar. Seguramente lo haces para ahorrar dinero (comer fuera, aunque sea en la fondita de la esquina, es costoso), o decides llevarte tu comida para no subir de peso o porque prefieres mantener una alimentación saludable y baja en grasas. Pero, ¡cuidado! Llevar comida a la oficina podría perjudicar tu metabolismo.


En un reciente artículo publicado en la revista TIME, Cynthia Sass, especialista en nutrición, se preguntaba si realmente eran más sanos y beneficiosos los platillos preparados en casa que elegir la opción de comer fuera. Un estudio reciente descubrió que un buen número de mujeres de mediana edad que dedicaban más tiempo a cocinar en casa eran más proclives a sufrir cambios en su metabolismo y muchas subían de peso. Entre otras cosas, esto se debía a que al preparar la comida en casa estas mujeres hacían raciones más grandes, o su afición a la cocina se traducía en que horneaban –y posteriormente ingerían– más galletas y dulces caseros.

 

Por qué se altera nuestro metabolismo: 4 errores

 

A juicio de Sass, estas alteraciones en el metabolismo podrían deberse a varios errores que cometemos mientras cocinamos. Por ejemplo, al tener más alimentos a mano, optamos por preparar lo que más nos apetece (no siempre lo más ligero) y abusamos de los que tienen altas cantidades de grasas. Creemos que estamos llevando comida sabrosa, saludable y hecha en casa, cuando poco a poco estamos ganando unos kilitos de más.

 

La solución para esta experta en nutrición es dejar de cometer estos 4 errores:

 

1. Picotear mientras cocinas

 

Unos frutos secos o unas galletitas saladas mientras esperas a que salte la válvula de la olla exprés, tomarnos una –o dos– copas de vino mientras se termina de hacer un sofrito y, en general, probar cada uno de los ingredientes de los platos que estamos preparando, son un error. Muchas veces se trata de comer por comer y este “picar sin sentido”, como explica la experta en dietética, “puede tener como resultado meternos entre de 300 a 400 calorías adicionales”. Sass recomienda que si nos vamos a comer algo mientras preparamos el tupper escojamos alimentos bajos en calorías –por ejemplo, alguna rodaja de las verduras y vegetales crudos que vamos a añadir a un guiso– o que descontemos las calorías de la ingesta de lo que estamos preparando: “Otro ejemplo, si quieres picar nueces, reduce la cantidad de aceite de oliva que utilizas en la cena”, sugiere la nutricionista.

 

2. Comer o no comer… Carbohidratos 

 

No se trata de abandonar los carbohidratos por completo pero las cantidades que ingiramos deben ser proporcionales a las necesidades de energía que demande nuestro cuerpo y, sobre todo, no tomarlos para cenar porque no los quemaremos durmiendo. Podemos comerlos con tranquilidad si no nos pasamos de la dosis que nos corresponde en función de nuestro peso y tamaño y siempre como acompañamiento del alimento principal: carnes, pescados o verduras. 

 

3. No abuses del queso

 

El queso es un alimento muy saludable que abre un gran abanico de sabores y diferentes posibilidades cuando cocinamos. Pero algunos tipos, además de deliciosos, son bastante grasos. “Varios pedazos de cheddar son equivalentes a nueve veces la grasa de una pechuga de pollo sin piel”, explica Sass. Ella aconseja pensar en el queso como un condimento y usarlo con moderación. Añadir unos cuadritos en la ensalada o espolvorearlo por una crema de verduras dará sabor a tus platos sin sobrecargarlos de calorías.

 

4. Contrólate

 

La última es La última. ¿Eres de las que necesita sólo un poco de dulce después de la cena? ¡Cuidado!, dice Sass, una galleta puede convertirse fácilmente en tres, y una porción de helado en toda una tarrina. El deseo de comer dulce por la noche, a menudo se convierte en un hábito que relacionamos con una auto-recompensa nocturna por haber soportado la jornada. Un capricho, vamos. La especialista recomienda: “se pueden encontrar otras formas saludables de satisfacer las necesidades emocionales y el deseo de auto-complacerse con dulce puede ir disminuyendo de forma natural, pero si realmente lo necesitas opta por un poco de chocolate negro o elimina alimentos demasiado calóricos de tu comida para poder comer después un postre”. 

 

Cuatro buenos consejos para alejar de nuestras vidas esos kilitos de más.
 

 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de actitudfem.com

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