No es malo quedarte con hambre

Cuando nos hacemos el propósito de comer sano uno de los miedos más grandes es quedarnos con hambre. Una dieta no debe dejarte ladrando como perro sin hueso, pero tampoco es necesario que te sientas demasiado satisfecha como si fueras a reventar.

Después de años de excesos, nuestro estómago se acostumbra a recibir grandes cantidades de comida, y por experiencia propia les digo que cuando controlamos nuestras porciones después de un tiempo nuestro mismo cuerpo se siente satisfecho con menos bocados. Esto es una parte importante de perder y mantener nuestro peso porque mientras “estamos a dieta” llenamos ese hueco de verduras, pero una vez que comienzas a regresar a tus hábitos normales lo vuelves a tapar con pan y tortillas.

Cynthia Sass, autora del libro “S.A.S.S.! Yourself Slim: Conquer Cravings, Drop Pounds and Lose Inches” comentó para Popsugar: “No necesitas sentir hambre constante para bajar de peso, de hecho no deberías. Debes sentir hambre moderada tres o cuatro veces al día antes de las comidas. Una comida balanceada debe dejarte satisfecha y llena de energía por entre tres y cinco horas. Entonces tu hambre debe regresar, señal de que debes recargar”.

Por eso no debes brincarte comidas. El hambre es señal de que te toca comer de nuevo, y si estás haciendo tres comidas fuertes y dos colaciones debes tener hambre para el momento en el que te toca el snack.

El momento correcto para soltar el tenedor es cuando ya no tienes hambre, no cuando ya sientes el estómago hasta el tope. Conforme pase el tiempo esa porción de comida que antes te dejaba apenas satisfecha se volverá lo que te deje totalmente “llena”. Nunca llegues al punto del hambre en el que sientes que te desmayas, el propósito no es pasarla mal sino educar a tu cuerpo.