¡Tira tu esponja a la basura!

Recibe lo mejor de nuestro contenido en tu correo SUSCRÍBETE

Al hacer click en Suscribirme quedarás registrad@ a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento.

No sé en qué momento sucedió que las esponjas se volvieron la norma en los baños. Es raro usar la regadera de alguien y no encontrar una esponja. Hay quienes incluso viajan con ella.

 

El problema es que la esponja no nos deja más limpios, sino que en ocasiones puede incluso llenarnos de bacterias.

 

“Al principio las lufas son higiénicas” comentó Esther Angerth profesora del departamento de microbiología de Cornell para el Huffington Post. “Es cómo se mantienen lo que afecta su longevidad”.

 

Tu esponja te exfolia de células muertas, pero estas se quedan en los recovecos del objeto. Si dejas tu esponja en el baño hasta la próxima vez que la ocupes pueden crecer bacterias en ella pues la regadera es el ambiente perfecto, húmedo y tibio con poca circulación de aire. Las bacterias comen materia orgánica, como la piel que dejaste en la esponja.

 

Cada vez que la esponja se moja y no se seca completamente los organismos crecen más y más, y después te tallas con esa esponja llena de bacterias, esparciendo la suciedad de ayer por todo tu cuerpo.

 

Lo que puedes hacer para evitar este cultivo de bacterias es dejar que tu esponja se seque por completo en un lugar fuera del baño, cambiarla si desarrolla un olor o meterla al microondas (húmeda) por 20 segundos (siempre y cuando no sea de plástico).

 

¿Lo mejor que puedes hacer? Dejar las esponjas. Algunos expertos recomiendan no utilizarlas pues tallar tu piel puede dañarla y resecarla. Si usas sólo la barra de jabón o tus manos para esparcir jabón líquido es más que suficiente, así no retirarás todos los aceites naturales de tu piel.


¿Será momento de retirar a la esponja?

Compartir en Facebook compartir en twitter, se abrirá en otra ventana Compartir en Pinterest Agregar a favoritos Enviar por correo electrónico