Esto es lo que todas pensamos cuando estamos a dieta
Susanita y yo acabamos de empezar el plan 0% Dieta con 2 nutriólogas buenísimas que nos hicieron un programa de alimentación súper sano, en mi caso enfocado a perder peso y en el caso de Susy a tener hábitos más saludables y no sentirse inflamada.
Una maravilla…
Pero mientras las 2 editoras estamos a dieta la oficina se ha vuelto un hervidero de frases que seguramente todas hemos pensado cuando nos hacemos esto y cambiamos los tacos de la esquina por la pechuga de pollo y la lata de atún:
- Cuando te invitan a una fiesta y estás a dieta:
“Para qué salgo si ni puedo tomar”
- Cuando tu compañerito de la oficina regresa de la calle con taquitos y tú tienes enfrente tu pechuga de pollo asada:
“¿Por qué nací?”
- Cuando estás por salir de casa:
“A ver ya llevo la manzana, la jícama, los rollitos de jamón, las salchichas y la lata de atún… ¿Qué más me tocaba?”
Y luego regresarte por las almendras o el pepino.
- Cuando estás cocinando tu 10ª pechuga de pollo asado:
“¿Y si ahora le pongo cúrcuma y jengibre y un poco de pimentón a ver si sabe diferente?”
(Ponernos creativas es la clave)
- Cuando estás mordiendo tu zanahoria con tristeza mientras alguien come papitas:
“Un día a la vez… hoy vas muy bien, no caigas con los Doritos… un día a la vez”
- Cuando vas al súper para seguir con tu dieta y revisas las etiquetas:
“El que tenga menos sodio porque ya soy súper sana”
- Cuando llevas 2 semanas a dieta y pasas frente a un puesto de garnachas grasosas:
“¡Wácala! Eso tiene muchísima grasa, ¿cómo me lo podía comer?”
Luego le das una mordida a la de tu compañerita que sí compró su quesadilla frita y te acuerdas cómo…
- Cuando empiezas a vivir tu vida contando calorías:
“Si una hamburguesa tiene 800 calorías entonces no puedo desayunar ni cenar en 2 días…” O “Tendría que hacer 3 horas de zumba… y el lunes no tengo tiempo… mejor me como media hamburguesa y corro 1 hora el martes…” (Negociación interna)
- Cuando te vuelve a quedar un pantalón que no te cerraba:
“Jamás en mi vida vuelvo a engordar tanto…”
- Cuando negocias tus días libres contigo misma:
“Si voy a salir a comer el sábado pero desayuno y ceno lo de la dieta entonces me queda el desayuno del domingo libre y puedo ir a cenar el lunes…”
- Cuando te regalan un dulce riquísimo que no te vas a comer porque estás a dieta:
“Faltan 4 días para mi día libre… sí aguanto” (Frase de Dyanna)
- Cuando tienes que ir al cumpleaños de tu compañerito de la oficina:
“Si me como la lata de atún aquí ya sólo pido una ensalada…”
- Todas las mañanas mientras te paras frente al refrigerador:
“¿Qué me toca desayunar? ¿Será muy malo si le echo poquito aceite a los huevos?”
- Cuando tu compañerita llega con un paquete de las galletas más feas del mundo:
“¡Qué delicia! Nunca se me habían antojado tanto las galletas de limón rellenas de bombón con jalea de fresa” (mientras salivas como si fuera el mejor manjar del universo)
- Cuando te despiertas a media noche:
“¿Será normal que sueñe con un volcán de chocolate de Chillis?”
(Problemas a los que se enfrenta Susanita en su dieta)
- Cuando se te acaba tu triste comida:
“Tristeza nivel: ¿por qué no cocí más brócoli?”
(Frase literal de Samantha, una de mis mejores amigas)
- Parada en el puestito de la esquina cuando bajaste a comprar agua:
“Si me tocan 10 cacahuates, ¿me podré comer un mazapán?” (Acto seguido buscar cuántas calorías tiene un mazapán en Google: 130, por si ocupan)
- Y la clásica:
“¿Ya me veo más flaca?”
Chicas, la verdad es que comer bien es una cosa de salud y todas deberíamos de tener hábitos más lindos para nuestro cuerpo… Buena suerte en su aventura dietética, ¡sí se puede!
Y desde aquí le echo porras a mis amigas que me ayudaron a hacer esta nota... inspirada en la dieta de Susanita y mía pero también en los problemas que nos compartimos todos los días por Whatsapp, como las interminables fotos de latas de atún y pechugas de pollo o las increíbles recetas para tomar sin calorías, como el tequila con té verde. Las amo...
Y agregamos otra que me acaba de pasar un amigo:
- A las 9 pm cuando te acabas de tomar tu licuado de la dieta:
Mejor ya me voy a dormir. Con ese licuado (o jugo) que me tomé, no vale la pena seguir despierto"