¡No vivas a dieta toda la vida!

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Parece ser que nací para vivir a dieta toda la vida, sufro mucho porque por un lado, me gusta mucho comer, disfruto todo tipo de comida, y por otro lado me angustian tanto las consecuencias que, cuando quiero usar mis mejores prendas, nada se me ve bien.


¿Cómo puede ser que mis amigas comen todo lo que les gusta y lucen divinas?


No puedo probar una rebanada de pastel sin que engorde inmediatamente, al sentirme así siento enojo conmigo, me frustro, y entonces sí, ya nada  importa y como de todo a toda hora; en un año he subido más de 11 kilos. ¿Qué puedo hacer?


No hay milagros


Cada persona tiene un cuerpo con una estructura física distinta y por supuesto un metabolismo diferente.


Es injusto compararse continuamente con otras personas, sobre todo porque no vivimos con ellas todo el día; hay veces que dicen y hacen cosas que no son, por ejemplo: comen un postre que contiene todas las calorías del mundo o comen y toman todo lo que se les antoja sin subir un gramo, sin embargo, puede ser que esa comida haya sido la única del día “o de la semana”.


Por otro lado, puede ser que efectivamente comen todo lo que les gusta y en grandes cantidades, pero también hacen mucho ejercicio para quemar todas las calorías que consumen.


Es fácil juzgar a las otras personas sin realmente conocer el panorama completo.

 

 

 

Al revisar tus hábitos puedes encontrar el secreto para controlar tu peso


Cuando eres consciente de tus acciones, emociones y reacciones puedes reconocer, pensar y evaluar todo lo haces,  lo que dices, lo que comes. La responsabilidad y el control de uno mismo siempre trae resultados positivos.


Es así como puedes reconocer que el sabor y el deleite de un pastel, un chocolate, un helado o cualquier comida alta en calorías y grasa sólo duran un segundo mientras te los comes.


Sin embargo, la angustia del sobrepeso te puede durar mucho tiempo más, el amargo sabor de boca de este sentimiento te hará comenzar a controlar tus impulsos y cuidar las elecciones que haces en cada comida.


Si te conviertes en persona que tiene una buena disciplina, tanto para los hábitos alimenticios como para la rutina de ejercicio y tus horas de descanso, podrás balancear con mejores resultados tu peso y tu ritmo de vida.


El poder controlar los impulsos de la necesidad de comida es también  un aspecto importante para considerar.


Es difícil vivir al pendiente de todos los estímulos que nos llegan continuamente (anuncios de comida chatarra fácil de comprar, modelos súper esbeltas, productos milagro, etc.), sinceramente ésta es una batalla diaria.


Tampoco se puede comer simplemente porque se apetece sin pensar en lo que estamos haciendo; es importante saberse controlar y entender que no se puede comer todo el día comida con un alto nivel de calorías sin que  el cuerpo las absorba y las convierta en grasa.


Tenemos que cuidar de nuestro cuerpo porque si nosotras no lo hacemos nadie lo hará.


Por supuesto es importante verse bien porque ayuda a nuestra autoestima pero, recuerda que el punto más importante es la salud, cuidar tu cuerpo.


Mantenerse en forma no sólo  ayuda a verte bien sino a realmente estar bien.


Cada persona tiene sus propios retos


Es importante entender que cada persona tiene aspectos que se le dificultan más que a otros, mientras unos tienen el problema del peso, otros tienen  problemas de salud,  personalidad, relaciones personales, etc.


Cada persona tiene que aprender a vivir con sus fortalezas, sus debilidades y lo más importante, trabajar en sí misma para superarse y ser mejor.


Una actitud positiva, equilibrada, responsable, ayuda a tener una vida plena y a no preocuparse tanto por aspectos que no se pueden cambiar.

 

 

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