Arrancarse el cabello es una enfermedad

Seguramente conoces a alguien que se muerde las uñas cuando está estresada o que si se pone nerviosa mueve mucho los pies. Los nervios nos provocan reacciones distintas y, para muchas personas, compulsiones, pero hay un desorden poco conocido que muchas personas padecen: la tricotilomanía.

Quienes sufren de este desorden no pueden evitar arrancarse el cabello. Es un padecimiento compulsivo y muy difícil de tratar. Quienes lo padecen se toman el tiempo de separar un cabello (comúnmente de la cabeza pero también ocurre en cejas, pestañas, brazos, barba, axilas, etc.) y jalarlo hasta arrancarlo.

Cuando la compulsión es severa, las personas pueden dejarse pequeños huecos en el cabello o incluso llegar a provocarse calvicie severa.

Es un trastorno de control de impulsos (como la cleptomanía) en el que la persona se siente tensa hasta el momento en el que jala el pelo. Una vez que logra arrancar ese cabello le llega un sentimiento de alivio.

Se puede convertir en parte de un “ritual” en el que la persona busca tipos de cabellos específicos para jalar.  Si la persona no se arranca el cabello siempre del mismo lugar es muy difícil diagnosticar el problema pues no se crean estos “espacios de calvicie” inmediatamente. Como la persona que sufre de esto no necesariamente está consciente de que es un desorden, ella misma no busca ayuda.

La causa es usualmente estrés, desorden obsesivo-compulsivo o depresión. Cuando los casos no son severos, el apoyo de la familia puede ser suficiente para disminuir el comportamiento hasta eliminarlo, pero los pacientes también se pueden beneficiar de sesiones de terapia, especialmente cuando es causado por depresión.

Es importante que si alguien de tu familia tiene estos comportamientos o si tú misma sientes placer o calma por arrancarte el cabello hables con alguien al respecto. Existen tratamientos médicos que te ayudan a lidiar con esta compulsión. ¡Nunca es tarde para pedir ayuda!