Me llamaron egoísta, yo lo llamé amor propio

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Después de algunas experiencias difíciles este año (que me hicieron dar cuenta lo finita que es la vida), decidí que quería liberarme de todo lo que no era saludable para mí: personas, situaciones, gustos y cosas. Muchos me llamaron egoísta, yo le llamé amor propio.

 

Y es que cada vez que inicia un nuevo año, yo me pongo cada vez más nostálgica y reflexiva. Algunos suelen ser increíbles, otros están llenos de experiencias que nos hacen aprender (como en mi caso fue este año).

 

Durante meses estuve atada a relaciones problemáticas, caóticas y dramáticas (porque pensaba que si amaba tanto a esas personas, debía ser fuerte, aferrarme y aceptarlas como eran), hasta que un día me cansé.

 

¿Te ha pasado que siempre te quejas de que tus relaciones amorosas son poco exitosas y que generalmente conoces a puros patanes?

 

Yo era una de esas mujeres que siempre les contaba a sus amigas la mala suerte que tenía en el amor, hasta que un día caí en cuenta que yo misma atraía a ese tipo de personas porque me gustaba ser tratada así. (¿Qué fuerte, no?)

 

Después de una operación inesperada en la columna vertebral decidí que a partir de mi recuperación quería darle un giro de 180 grados a mi vida y así lo hice.

 

Comencé por desechar todas las relaciones amorosas que en el pasado y presente no estaban aportándome nada bueno, o aquellas en donde los momentos dramáticos y negativos superaban a los más felices.

 

Recuerdo un hombre con el que salía (mucho mayor que yo). Siempre discutíamos porque yo era el eterno fantasma de su expareja. (A mis 26 años, ¿por qué debía estar atada a una relación en donde la otra parte no estaba lista para seguir adelante con su vida?)

 

 

Quizás con más intenciones que con ganas, decidí ponerle fin a la relación. Lo mismo sucedió con mi exnovio de la universidad que después de años de amistad seguía discutiendo conmigo por situaciones del pasado y buscándome cuando le venía en gana (cuando no, podían pasar meses sin saber de él).

 

Hasta que un día también me cansé de hacerme la víctima y acepté que yo tenía el poder de cambiar esa situación (es sólo que NO había querido hacerlo durante todo ese tiempo).

 

Asimismo, decidí eliminar de mi vida (y mis redes sociales) a todas esas personas que “están pero no están ahí”, ya sabes a quienes en persona ni voltean a saludarte, te ignoran o simplemente no se interesan por tu bienestar.

 

¿Para qué tenerlos en mis espacios tan privados, compartiéndoles episodios de mi vida si ni quiera tengo una interacción real con ellos?

 

(Fue difícil porque con más de uno de ellos pasé momentos increíbles que siempre recordaré con una sonrisa gigantesca, pero cuando la otra parte no está dispuesta a tener más contacto contigo, lo mejor es aprender a cerrar ciclos y dejar ir).

 

 

También me desprendí de las amistades tóxicas. Uno de mis mejores amigos, por ejemplo, está acostumbrado a hacer toda serie de berrinches y dramas cuando las cosas no van bien (lo peor es que siempre se desquita con quien tiene enfrente; así sean sus amigos).

 

Hasta que después de un interminable día de chantajes, enojos injustificados y berrinches decidí que no quería aguantarlo más (y no es por egoísmo sino por amor propio). Ya no quería más drama en mi vida.

 

Que haya “depurado” gente de mi vida no significa que los deje de querer (porque finalmente fueron importantes en su momento), sino que como bien dice Samantha en Sex and The City 1, me amo mucho más yo como para seguir atada a gente que no puede o no sabe corresponderme de la misma manera.

 

Lo creas o no, desde que alejé a esas personas negativas de mi vida (unos dos meses), todo ha mejorado. He conocido a nuevas amistades en las circunstancias más improbables que se me hubieran ocurrido pero que hoy me hacen feliz, he iniciado los proyectos que planeé hace un tiempo (como mi maestría) y me he sentido tranquila.

 

 

Ahora sé que la culpa no era de los otros, sino mía por dejar que me trataran como yo creía que merecía. Ahora sé que las personas que están en tu vida son aquellas que tienen la misma sintonía que tú.

 

Que este año sea un buen momento para que reflexiones sobre tu vida y tus relaciones, y si hay algo que no te gusta, decídete a cambiarlo, a dejarlo ir y a cerrar ciclos.

 

 

 

Las sorpresas que encontrarás tras decidirte pueden ser infinitamente extraordinarias y agradables. (¡Atrévete!) 

 

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