3 mascarillas caseras básicas
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La cara es nuestra carta de presentación ante el mundo y por lo tanto ¡merece que la cuidemos! Una mascarilla facial a la semana es recomendable, sin embargo puede llegar a ser costoso. Ahorra dinero con estos sencillos tips para preparar tus propias mascarillas en la comodidad de tu hogar.
Piel grasosa o propensa al acné
Para pieles grasas lo mejor es utilizar mascarillas con base de lodo o arcilla. El lodo ayuda a eliminar el exceso de grasa y le da flexibilidad a la piel, por lo que ayuda a disminuir la apariencia de arrugas. Al secarse, el lodo atrapa bacterias y piel muerta, sirviendo además como exfoliante.
¿Dónde conseguirlo?
No uses la tierra de la maceta, ¡puede contener bacterias! La arcilla se consigue en cualquier tienda naturista. Utiliza agua purificada para darle la textura correcta. Si tienes problemas de acné incluye una aspirina hecha polvo en la mezcla para resecar las espinillas. Recuerda hacer una prueba de alergia utilizando primero un poco de mascarilla en tu cuello.
Piel seca
Lo mejor para la piel seca es la miel y el aceite. El aceite de oliva o de almendras por sí mismos hidrata lo suficiente y no requieren de preparación. Simplemente moja tus dedos con un poco de aceite y dale un suave masaje a tu rostro. Si estás buscando algo más elaborado, mezcla un aguacate con miel de abeja y cubre tu cara sin tocar los ojos. Deja que la mascarilla actúe por media hora antes de lavarte con agua tibia.
El aguacate contiene vitaminas A y C que ayudan a combatir los signos de la edad; además, el aguacate es un humectante natural y ayuda a matar bacterias. La miel es antiinflamatoria, lo que la hace buena para pieles sensibles o irritadas.
¿Dónde conseguirlo?
Todo esto lo puedes encontrar en cualquier supermercado. Si optas por el aceite de oliva te recomendamos comprar uno extra virgen.
Piel sensible
A pesar de que la miel es muy buena para pieles sensibles, existen algunas que no la toleran. Si tu piel es demasiado sensible utiliza mejor una mascarilla de té verde.
El té verde es muy gentil y ayuda a calmar la piel enrojecida por la contaminación, el viento o el sol y tiene muchos antioxidantes.
Puedes disolver una cucharada de miel en una taza con té verde muy cargado y untar la mezcla caliente con una brocha. Si tu piel es muy sensible simplemente prepara el té y usa un algodón para mojar tu cara con él. Lávate bien después de media hora.
¿Dónde conseguirlo?
El té verde se puede encontrar en los supermercados, o si lo prefieres en polvo puedes conseguirlo en las tiendas naturistas.
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