Exfolia tu piel en 4 pasos

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La exfoliación es un tratamiento que ayuda a tu piel a lucir más joven y fresca. El procedimiento se encarga de eliminar las células muertas y así permite que las más jóvenes y nuevas tomen su lugar, además de que mantiene los poros limpios y frescos.


Pero debemos tener cuidado al exfoliar nuestra piel porque podríamos obtener más problemas que beneficios. Hoy les dejamos algunos tips súper sencillos para exfoliar nuestra piel en 4 pasos: 


Determina tu tipo de piel


Tu tipo de piel determinará el producto más adecuado para ti, así obtendrás los mejores resultados sin lastimarla. Recuerda que es importante que consultes a un dermatólogo antes de probar algún producto o tratamiento nuevo.


Si tu piel es sensible los exfoliantes químicos son la mejor opción. Piel sensible, seca o propensa al acné, responden mal a la exfoliación física, que puede resultar muy abrasiva. Si tu piel no es sensible, con acné, rosácea o eczema, entonces puedes optar por un exfoliante físico.

 

Si tu piel es sensible y seca, exfolia máximo dos veces por semana. Para las pieles normales o mixtas puedes exfoliar hasta 3 veces por semana. Prueba una semana y revisa la forma en que responde tu piel al tratamiento. Si exfoliamos de más, nuestra piel puede verse afectada dejándola susceptible a irritaciones, enrojecimiento y sequedad.


Conoce tu producto


Existen dos tipos de exfoliantes: físicos y químicos. Los primeros son productos que eliminan las células muertas de la piel de manera física con la ayuda de nuestras manos. Desde azúcar hasta la sal, entran en esta categoría.


Los exfoliantes químicos son aquellos peelings que usan productos activos (pero que no se frotan) que incluyen ingredientes como los alfa-hidroxiácidos y los beta-hidroxiácidos. Por lo general estos se presentan en cremas que ayudan a “despegar” la capa de piel más superficial.

 

 

Limpia tus herramientas


Si usas alguna herramienta para exfoliarte (cepillo, esponja natural o sintética) es súper importante que la limpies después de cada uso y la guardes en un lugar seco y limpio. Las bacterias crecen de forma rápida en estos objetos y en vez de ser algo bueno para tu piel, terminan esparciendo bacterias en ella.


Puedes limpiarlas semanalmente con jabón para bebé o jabón de barra neutro (sin colorante ni aroma).


Tratamiento posterior


Después de exfoliar es recomendable que hidrates tu piel. Si es sensible, usa una crema espesa para evitar que se seque. Si tu piel es grasa o mixta, entonces usa una loción más ligera o un serum para hidratar.

 

No olvides tu piel necesita protección extra, así que siempre aplícate bloqueador después de un tratamiento (si vas a salir).


¿Cuál es su exfoliante favorito? Cuéntenos en la parte de abajo.

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