Jennifer Aniston define correctamente el feminismo

Que difícil se ha vuelto en los últimos años encontrar el significado correcto del feminismo. La lucha por los derechos de las mujeres siempre ha sido complicada, una batalla cuesta arriba en la que vamos alcanzando pequeñas (o a veces grandes) victorias mientras los opositores tiran piedritas desde arriba. Pero esta lucha está en boca de todos, y eso provoca que se distorsionen los términos.

Por eso cuando vi que Jennifer Aniston hablaba de feminismo por un momento tuve que respirar profundo antes de leer el artículo. Actrices como Evangeline Lily, mujeres fuertes y empoderadoras que creen en la capacidad que tiene su género para hacer cualquier cosa, se han expresado de forma incorrecta no por creer que las mujeres no deberíamos alcanzar la igualdad, sino por desconocimiento del verdadero significado del término. Sin embargo con Aniston me llevé una muy agradable sorpresa.

“Es simplemente creer en la igualdad entre hombres y mujeres. Bastante básico”.

Sí, bastante básico. El feminismo lucha por que las mujeres seamos consideradas como personas con los mismos derechos y responsabilidades que los hombres (que también son personas). No se por qué me sorprende escuchar tan simple y acertada definición de Jennifer Aniston considerando que ella ha tenido que luchar contra estereotipos de ser mujer por muchos años.

(Allure)

“No me gusta la presión que las personas ponen sobre mi, sobre las mujeres – que has fallado como mujer porque no has procreado. No creo que sea justo. Tal vez no has tenido un hijo que salió de tu vagina, pero no quiere decir que no seas maternal – perros, amigos, hijos de tus amigos” Aniston confesó para la revista Allure. “Constantemente se dice de mi que estoy tan concentrada en mi carrera y enfocada en mi que no quiero ser madre, y lo egoísta que eso es”.

¿Cómo llegamos al punto en el que no tener hijos es egoísta? Si algo, tener familias gigantes es ser egoísta con la madre tierra. Así que dejemos de decir que no somos feministas como si desear la igualdad fuera sinónimo de odiar a los hombres y recordemos esta sencilla definición la próxima vez que alguien nos pregunte qué opinamos del feminismo, tal vez así logremos evitar la crucifixión moral de quienes se atreven a ser diferentes.