Las cirugías plásticas y el feminismo no están peleados

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O no en el sentido estricto. Si dejamos ideologías radicales de lado y nos concentramos en el hecho de que feminista es quién lucha por la equidad de derechos de hombres y mujeres, entonces hablar de cirugías plásticas y feminismo es hablar de peras y manzanas.


2 cosas separadas… que hacen mucho ruido.


Esta mañana discutíamos si las adolescentes colombianas estaban equivocadas al operarse y en la redacción llegamos a la conclusión de que lo que estaba mal era modificar quirúrgicamente su cuerpo en pos de una moda, no la cirugía en sí misma.


Sin embargo, no todos coincidimos en que apoyar las cirugías estéticas sea empoderador. ¿No deberíamos todos amarnos tal cual somos, con narices feas y boobies pequeñas?


En la edición de marzo de Cosmo apareció un artículo titulado “Soy feminista y tengo un implante de senos” en el que se contaba la historia de una maestra de una reconocida universidad de Estados Unidos que no se atrevía a confesarle al mundo que tenía un boob  job por miedo a ser juzgada y perder el respeto de su clase de feminismo.


“Me doy cuenta de que mantener mis implantes en secreto significa que condono sus prejuicios, pero me preocupa que piensen que soy un fraude si les digo. De hecho, estoy escribiendo esto con un pseudónimo. La verdad es que yo amo mis implantes. Y habérmelos puesto fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.”


Una mujer especializada en feminismo. Y entonces es cuando se obliga a separar las cuestiones o a entender que, cuando se hace por las causas correctas, una cirugía plástica es más empoderadora que una vida de boobies pequeñas e infelices.


Esta mujer decidió ponerse implantes a los 16 años, una edad bastante polémica y por la que estamos condenando a las colombianas, pero en la que ya sabía que necesitaba aumentar su busto, sin embargo, no lo hizo sino hasta los 24, cuando logró resolver sus conflictos internos.


Pero hay ideologías feministas tan radicales que ahora la hacen sentirse mal por traer unas boobies perfectas que no son suyas, aunque está segura de que su decisión fue la correcta. Pero para sentir que pertenece al grupo de las feministas lo ha ocultado durante años.


¿Es esa la lucha que debemos perseguir? ¿La de avergonzar a otras mujeres por tomar decisiones que parecen reforzar la objetivización de nuestro cuerpo? Porque yo entiendo la lucha contra ser objetos sexuales del género masculino, pero no la discriminación a la mujer que decide modificar su cuerpo para amarse más.


“Me causaba conflicto pensar que los implantes traicionarían lo que soy. Durante años me molestaron por ser plana pero también me molestaban por ser un poco rara y un tanto introvertida y no quería cambiar ninguna de esas cosas. Desear senos más grandes me hacía sentir culpable, como si estuviera de acuerdo con las personas que me molestaban por ser plana”.


Pero a lo largo de los años entendió que el feminismo se trata de equidad y de decisiones, de tener el poder de tomar las mejores decisiones para cada una de nosotras. Eso fue justo lo que ella hizo.


“Me siento 100% más sexy que antes. Conforme pasó el tiempo me di cuenta de que mi decisión no chocó para nada con mis valores feministas, tomé la mejor decisión para mí”.


Para mí, la lucha es porque todas podamos decidir sobre nuestro cuerpo, sobre nuestra vida y sobre nuestro futuro. Cada una de las mujeres que habitan este mundo y que lo hagan en igualdad de condiciones que los hombres, que todas las personas podamos hacer de nuestra vida un papalote y nadie nos juzgue por ello.


Esto incluye decidir sobre tu cuerpo, de la misma manera en que apoyo el aborto o la maternidad, que espero que todas las mujeres usen condones y puedan lactar en cualquier lugar del mundo, también defiendo el derecho que todas tenemos a operarnos algo de nuestro cuerpo que no nos guste, mientras la decisión sea tomada por nosotras y no por alguien más ni para alguien más.


Hagamos con nuestro cuerpo lo que pensemos será mejor, desde tatuarlo hasta ponerle implantes, mientras esa decisión sea para nosotras mismas y nos haga ser la mejor versión que creemos que podemos ser.

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