Renuncia de Cárdenas, un golpe duro para el PRD

Cuauhtémoc Cárdenas renuncia al PRD
Cuauhtémoc Cárdenas renuncia al PRD / Excélsior
Recibe lo mejor de nuestro contenido en tu correo SUSCRÍBETE

Al hacer click en Suscribirme quedarás registrad@ a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento.

“No es la pérdida de un militante. Es la pérdida de identidad, de los principios, de los propósitos, de las aspiraciones, de la ética”. Esto dijo el senador Barbosa respecto a la renuncia de Cárdenas, que es un duro golpe para el PRD. Por eso te presentamos la columna de Francisco Garfias publicada en Excélsior.


El escueto mensaje de Carlos Navarrete contenía la noticia bomba sobre Cuauhtémoc Cárdenas: “Sí confirmo. Llegó la renuncia”. El reloj del celular marcaba las 20:54 horas.

 

El fundador del PRD, el líder histórico, el Tlatoani, el tres veces candidato presidencial, abandonaba el partido que fundó hace 25 años, horas después del diálogo que sostuvo en la vieja sede del PRD (Monterrey 50) con el actual presidente del sol azteca.

 

Un golpe duro, seco, doloroso al PRD, en medio de la peor crisis de su historia, derivada de la barbarie de Iguala que provocó el exalcalde de ese municipio de Guerrero, postulado por una coalición de izquierda encabezada por ese partido.

 

Cárdenas, hay que recordarlo, quería presidir el PRD nuevamente. Nos lo dijo a Paola Barquet y a este reportero en la entrevista que le hicimos para Excélsior Televisión, a principios de año.


Puso dos condiciones. Que se reformaran los estatutos para permitir la reelección del jefe del partido y ser candidato de unidad. “No voy a competir con nadie”, recalcó entonces.

 

La primera condición se dio. La segunda ni siquiera se perfiló.

 

Los Chuchos controlan la estructura. Era una elección indirecta. El triunfo lo tenían en la mano. No iban a soltar la franquicia. Se aliaron con ADN. Sacaron 73% de los votos de los consejeros. Barrieron. Cárdenas no se registró como candidato. Sabía que sus posibilidades eran nulas.

 

En su carta de renuncia, el ingeniero dice que la reunión de ayer con Navarrete “llegó demasiado tarde”. Puso de manifiesto, una vez más, las profundas diferencias en las visiones entre él y la dirigencia, de cómo enfrentar los problemas internos del partido, puntualizó.


La noticia de su renuncia llevaba ya más de media hora circulando, pero nadie la confirmaba. Buscamos a Jesús Ortega, Alejandro Encinas, al propio Navarrete. Nadie tomaba la llamada.

 

Nos disponíamos a marcarle a Guadalupe Acosta cuando llegó la confirmación del presidente de PRD.

 

Miguel Barbosa fue de los primeros que habló del tema. Lo hizo en términos muy duros para sus excompañeros de la corriente Nueva Izquierda.


“No es la pérdida de un militante. Es la pérdida de identidad, de los principios, de los propósitos, de las aspiraciones, de la ética”, dijo el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara alta.

 

El senador se solidarizó con la posición del ingeniero y volvió a pegarle a la dirigencia nacional. “La insensibilidad de los órganos del partido lo llevó a este escenario. Barbosa, obvio, no se va del PRD.

 

Encinas respondió más tarde. Se abrió un espacio en la reunión que tenía con familiares de los presos por la marcha del 2 de noviembre para responder y mandarnos la carta de renuncia de Cárdenas.

 

La preguntamos si él se queda en el partido. “Yo, junto con otros, tomaremos nuestra decisión”, escribió.

 

Por la mañana habíamos asistido al encuentro Cárdenas-Navarrete. Salimos decepcionados. Fue un diálogo descafeinado. Duró aproximadamente 40 minutos.


Cuauhtémoc, siempre con el rostro adusto, ni siquiera mencionó la solicitud de renuncia que hizo a Carlos Navarrete, presidente del PRD, en la carta abierta que originó el encuentro.

 

Lo más fuerte fueron los gritos de una mujer que tenía dificultades para entrar al viejo auditorio de la antigua sede del PRD.

 

El ingeniero le reprochó a la dirigencia las “ausencias” del PRD en las movilizaciones por los normalistas de Ayotzinapa; el silencio del partido frente a la exigencia de que liberen a los 11 detenidos en la manifestación del 20 de noviembre; y las alianzas con el PAN.

 

Del discurso de Navarrete destaca el reconocimiento de que las corrientes se han fortalecido en detrimento de la conducción institucional. “Esto no puede seguir así”, dijo.

 

Pero también su claro pronunciamiento en contra de las alianzas electorales con el blanquiazul en 2015. Allí mismo desconoció el acuerdo al que llegó el Comité Estatal de Sonora con los azules.

 

En lo que no estuvo de acuerdo Navarrete fue en el señalamiento de que el PRD debió hacerse presente, con banderas y emblemas, en las movilizaciones por los normalistas de Ayotzinapa.

 

Alegó el presidente del PRD:

 

“Han salido jóvenes, clases medias, profesionistas, madres y padres, sin que ningún partido los encabece ni les ponga una bandera en las manos para encabezar las marchas.

 

“Se lo tengo que informar, ingeniero, muchos perredistas han participado en las movilizaciones… les hemos dicho, no pretenda nadie encabezar esa lucha como si fuera una coautoría o autoría del PRD”.

 

Buena parte de su intervención la dedicó Navarrete a elogiar la figura del ingeniero. “En el partido se leen con cuidado sus planteamientos y propuestas, se leen con cuidado las críticas que hace desde la posición de fundador del PRD y un hombre respetado en las filas del PRD”, dijo.

 

No sirvió de nada. La decisión estaba tomada, aunque se la guardó para darla a conocer por la noche.

 

Compartir en Facebook compartir en twitter, se abrirá en otra ventana Compartir en Pinterest Agregar a favoritos Enviar por correo electrónico