Después de leer esto no volverás a culpar a Monica Lewinsky

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Después de leer esto no volverás a culpar a Monica Lewinsky / Especial
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Perdí mi reputación, mi dignidad y casi pierdo la vida: Monica Lewinsky.

 

Esto fue lo que declaró la exbecaria de la Casa Blanca en una charla TED para abordar el tema del cyberbullying. "A los 22 años, me enamoré de mi jefe. A los 24, aprendí las consencuencias devastadoras".

 

 

Luego de casi una década fuera de los reflectores, Monica Lewinsky, quien estuviera en el centro de un escándalo por mantener una relación con el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, ha hablado públicamente de su experiencia.

 

Cortesía: Especial

 

Hace unos días habló en TED 2015, la conferencia principal de este sistema de pláticas alrededor del mundo, donde contó cómo su experiencia y las de otros la han llevado a luchar activamente contra el cyberbullying y la humillación pública.

 

El mensaje fue claro:

 

La vergüenza es un producto y la humillación pública, una industria. ¿Y cuál es la moneda? Los clics, dijo Lewinsky.

 

 

La entonces becaria de la Casa Blanca narró como el escándalo en el que se vio inmersa sucedió al inicio del apogeo del internet y, por lo tanto, fue el primer escándalo que trascendió los medios tradicionales para alcanzar una dimensión mundial.

 

El escándalo fue llevado a ustedes por la revolución digital, mencionó en la conferencia.

 

"De persona privada me convertí en una figura públicamente humillada por todo el mundo. Había multitudes virtuales listas a lapidar", aseguró Lewinsky en TED"

 

Me tildaron de zorra, puta, ramera, tonta. Perdí mi reputación y mi dignidad, y casi pierdo mi vida.

 

Lewinsky reconoció que el internet ha probado ser una herramienta con un potencial y beneficios innegables, pero también se ha convertido en un arma peligrosa.

 

La principal crítica a este esquema de humillación en los tiempos de internet es que los medios miden el escándalo en clics que se traducen en publicidad y, por lo tanto, en dinero.

 

Cuando la medición real del impacto del escándalo debería ser el efecto que tiene en la vida de los demás.

 

Lewinsky aseguró que esta industria de la humillación ha costado vidas, como el caso de Tyler Clementi, quien fue grabado teniendo relaciones con otro hombre por sus compañeros, el video compartido en internet revelando su sexualidad, y que terminó con su suicidio:

 

La trágica muerte sin sentido de Tyler fue un punto de quiebre para mí, narra Lewinsky.

 

Esta historia le sirvió para recontextualizar su experiencia y ver cómo lo que le sucedió a ella se repetía todos los días en internet y llevaba a algunos a terminar con sus vidas.

 

La humillación pública como deporte sanguinario debe parar. Sólo imaginen caminar una milla con el encabezado de alguien más.

 

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