Por amor, esta princesa renuncia a su título

Como una historia sacada de un cuento de hadas, la princesa Noriko Takamado de Japón, renunció a su título por comprometerse con Kunimaro Senge, hijo de un sacerdote del santuario sintoísta en Izumo, quien no posee ningún título real.  

Cortesía: Getty Images

Es por ello que la Casa Imperial aplicó su más estricta ley, la cual estipula que una princesa tiene que renunciar a su condición de miembro de la familia imperial cuando se casa con un plebeyo.

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Noriko, de 25 años, y Kunimaro, de 40, se conocieron en 2007 cuando la Princesa visitaba el santuario donde trabaja el padre de su prometido.

Para la familia real nipona hace 9 años que no se celebra una boda de ninguno de sus miembros. La última fue en 2005 cuando la princesa Sayako, única hija del Emperador, contrajo matrimonio.

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A pesar de ser una boda que perdió todos los privilegios reales, la ceremonia contó con todos los ritos sintoístas y actos solemnes para dar legalidad al enlace nupcial.  

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"Me siento un poco triste por dejar el lugar donde nací y crecí", declaró en rueda de prensa la princesa Noriko.

Aunque la princesa Noriko Takamado, ahora sea llamada señora Noriko Senge y comience su nueva vida en una casa ubicada junto a los terrenos del santuario donde su esposo realiza sus rituales religiosos sintoístas y eventos festivos, el Gobierno ha decidido conceder un subsidio único de 106 millones750 mil yenes a la feliz pareja.

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