El debate sobre acoso y feminismo entre Marta Lamas y Catalina Ruiz

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Un colectivo de 100 mujeres francesas han denunciado el "puritanismo" que desató las acusaciones contra el magnate de Hollywood Harvey Weinstein, declarando que “cortejar de forma insistente o torpe no es un delito, ni la galantería es una agresión machista”.

 

La carta en Le Monde firmada por escritoras, artistas y académicas francesas minimiza la ola de denuncias que ha seguido a las acusaciones del productor de Hollywood.

 

Y a raíz de esta carta, surgió un debate en el noticiario de Carlos Loret de Mola entre Marta Lamas y Catalina Ruiz, ambas feministas pero con diferentes puntos de vista sobre el tema.

 

Marta Lamas es una antropóloga y académica mexicana, una de las feministas más destacadas de México. Mientras que Catalina Ruiz es conocida principalmente por fundar el colectivo Estereotipas, un grupo que se ha enfocado en discutir sobre violencia de género principalmente en redes sociales.

 

En el debate, las posturas de ambas fueron claras. Lamas defendió la carta de las francesas, diciendo que el movimiento #MeToo surge del puritanismo estadounidense que no sabe diferenciar entre coqueteo y acoso.

 

“Hay mujeres a las que les gusta que les coqueteen de cierta manera; lo que rescato de las francesas es la crítica al puritanismo, la cultura estadounidense es muy puritana y la francesa no lo es.

 

Debemos empezar a ver los matices y la complejidad de la discusión. Creo que a lo que reaccionaron las francesas es que las mujeres siempre son víctimas y los hombres siempre son victimarios.

 

No es lo mismo una víctima de violación que una víctima de acoso, que la víctima de un piropo que se molesta porque en la calle le gritan guapa”.

 

 

 

 

Catalina Ruiz enfatizó en aspectos como el consenso y las relaciones de poder que son inherentes al acoso.

 

“El movimiento #MeToo nunca ha ido en contra del coqueteo, a todas las mujeres nos gusta sentirnos deseadas, pero hay formas en lo que eso [el coqueteo] se usa para que invadan tu cuerpo.

 

Todos sabemos la sana diferencia entre el sano coqueteo y el acoso”.

 

 

 

Ya sea que coincidas con alguna de estas posturas (o con las intelectuales francesas). La frase con la que me quedo es la siguiente, cortesía de Catalina Ruiz:

 

No hay nada más sexy que el consentimiento. No hay nada más sexy que yo diga sí. El problema es que a los hombres siempre se les ha dicho que las mujeres son cosas de las que pueden servirse. 

 

Si quieres ver el debate completo, entra aquí

 

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