La razón por la que algunas princesas no son tan buenas para nosotras

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Soy muy fan de las princesas de Disney (tanto que más de una de ustedes me dicen en sus comentarios que ya escriba de otra cosa porque las tengo hartas). Pero que sea fan de ellas no significa que muestre lo que representan para las niñas y mujeres que las ven.

 

Me encontré con una investigación bastante seria e interesante de las lingüistas Carmen Fought y Karen Eisenhauer (publicada en The Washington Post). Ambas analizaron cómo son los diálogos de las princesas a lo largo de las varias películas que Disney ha realizado y qué se quiere resaltar de ellas (si su apariencia física o habilidades y capacidades). Los resultados me asombraron tanto que te los quiero compartir. 

 

 

En “Blancanieves”, la primera gran película de princesas, tanto la protagonista como el príncipe tenían el mismo porcentaje (50%) en diálogos.

 

En “Cenicienta” la princesa fue quien dominó los diálogos de la película con un 60% contra 40% del protagonista. Mientras que en “La Bella Durmiente”, 71% de los diálogos pertenecen a Aurora, la protagonista.

 

Si bien estas 3 primeras películas pudieran parecer un reforzamientos de los estereotipos en contra de las mujeres (como que solo deseamos casarnos y esperamos al príncipe azul que nos salve), la realidad es que en materia de diálogos resultan empoderadoras para nuestro género, pues las princesas hablan el mismo número o más que los príncipes.

 

 

El problema comenzó, en cambio, en la época del “Renacimiento” (llamada así por Disney), con su primera película de este periodo: “La Sirenita”, donde las voces de los hombres son las que dominan la cinta con un 68%.

 

El caso de “La Bella y la Bestia” (en la que nos muestran a una princesa inteligente y educada), es peor pues 71% de los diálogos son dominados por ellos, mientras que en “Aladdin” 90% de las voces son de los hombres también.

 

 

El caso de Pocahontas y Mulán en donde se muestran a dos princesas independientes y autosuficientes; el dominio de los hombres en los diálogos también es alto (76 y 77% respectivamente).

 

 

Sin embargo, no todas son malas noticias. Las investigadoras también se dieron a la tarea de analizar qué es lo que se privilegiaba y resaltaba en cada película de princesas; si su apariencia física o sus habilidades e inteligencia.

 

En la época clásica (hasta antes de La Sirenita), el 55% de los halagos a las protagonistas eran sobre su apariencia física y sólo el 11% sobre su inteligencia.

 

Para la época de Renacimiento, el 38% eran halagos para su apariencia física contra el 23% hacia su intelecto.

 

Para la “Nueva Era” la tendencia por fin se revierte pues el 40% de los halagos a las protagonistas gira entorno a su inteligencia, comparado con el 22% que gira hacia su apariencia física.

 

 

 

 

¿Cómo ves este estudio tan interesante? Me da gusto que por fin Disney esté empoderando a sus protagonistas privilegiando su inteligencia por encima de cualquier otro aspecto.

 

Cortesía de imágenes: especial

 

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