"Tenía 17 cuando mi novio me vendió a cambio de sexo"

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Rachel lo tenía todo. Era muy buena en los deportes por lo que participaba en los equipos de basquetbol, atletismo y natación de su escuela. Eso la hacía muy popular, pero cuando a los 17 años se cambió de casa, de Iowa a Georgia, comenzó a sentirse sola por primera vez en su vida.

 

La adolescente creyó que era buena idea conocer gente por internet y así comenzó a platicar con un hombre, mucho mayor que ella, pues tenía más de 30 años.

 

 

Aunque al principio la diferencia de edades podría parecerle amplia, ambos tenían gustos similares como que el hip- hop y Jay-Z. Poco a poco comenzaron a entenderse más, hasta que decidieron hacerse novios por internet.

 

El novio de Rachel le sugirió que se conocieran en persona e invitó a la adolescente a Miami, Florida, con todos los gastos pagados. La chica aceptó y para que su madre no se enterara él pasó por ella a su casa a las 3 de la madrugada.

 

La mayor parte del camino Rachel la pasó durmiendo mientras viajaban en una camioneta acompañados de otra pareja:

 

“Desperté cuando escuché a mi novio y la chica susurrar. Cuando ella notó que yo estaba despierta, se volteó a verme y me dijo que nos divertiríamos mucho en Miami, pero aunque era amable, percibí una vibra extraña en ella.

 

Fue hasta Florida cuando llamé a mi madre y le conté que estaba ahí. A ella pareció no preocuparle pues le dije que estaba con unos amigos.

 

 

Al anochecer mi novio se quedó en el hotel y yo salí a pasear con la chica de la camioneta. Como yo era menor de edad, no pudimos entrar a ninguno de los bares por lo que solo paseábamos por fuera.

 

Ella comenzó a ligar con varios chicos que le daban sus teléfonos y me dijo que hiciera lo mismo; ahí me enteré que ella era la exnovia de mi novio.

 

¿De qué hablas? ¿Cómo que ligar con otros hombres? ¡Tengo novio y lo sabes!

 

No lo noté pero ese sería el inicio del infierno que viviría al ser prostituida.

 

Después de nuestra salida, la chica me llevó a un hotel que no era el nuestro y cuando entramos a la habitación 4 hombres estaban esperándonos. Comenzó a portarse agresiva y me dijo que si no hacía lo que me pidiera la pasaría muy mal.

 

Me ordenó que hiciera favores sexuales a los hombres de la habitación, que a su vez, le dieron dinero de vuelta.

 

 

Lo único que quería era regresar al hotel donde estaba mi novio para confesarle todo lo que había pasado. Tenía miedo de que no me creyera pero sí lo hizo. Me dijo que la chica era una mala persona y que ya no me dejaría sola con ella.

 

Se quedó conmigo hasta que me quedé dormida. Me sentí protegida hasta que al despertar, escuché a mi novio discutir con la chica que me había prostituido.

 

¿Dónde está todo el dinero? Estoy seguro de que falta más.

 

Me sentí avergonzada. En ese momento supe que los 2 me habían usado, así que le pedí a “mi novio” que me regresara a casa.

 

No lo volví a ver nunca aunque él me llamaba y me insistía que nos volviéramos a ver. También decidí callar lo que me había pasado hasta los 20 años porque la relación con mi mamá no era la mejor.

 

Fue hasta que conseguí mi primer empleo que pude encontrar ayuda en Learning Resource Campus Collaborative, una institución que ayuda a las mujeres que han sido víctimas de violencia sexual.

 

Ahí supe que el tráfico sexual es cuando alguien fuerza a una persona a realizar actividades sexuales para obtener dinero de eso.

 

Desde entonces, Rachel ayuda a otras jóvenes y mujeres que han pasado por situaciones como la suya para darles la ayuda y atención que requieren.

 

Lamentablemente el caso de Rachel es uno de cientos que se registran en el mundo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que 2.4 millones de personas en el mundo son víctimas de la trata de personas.

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