La sexualización de los niños: un problema hasta en el arte

Una niña sentada con una pierna flexionada y la otra abajo, las manos tras la nuca. Tiene una falda y muestra su ropa interior.

La obra se llama Teresa soñando, es de Balthazar Klossowski y data de 1938; se encuentra en el museo Metropolitan de Nueva York, y tenía también una petición para que dejara de exhibirse.

Lanzada apenas el 30 de noviembre, la petición ya contaba con 8 mil 700 firmas, solo 300 más para alcanzar la meta propuesta. La persona que la creó fue Mia Merril, porque cree que con esta pintura, el Met romantiza la sexualización de los niños.

Por supuesto que el Met se negó a retirar la pintura. Tampoco van a cambiar la descripción que dice que la pintura fue creada cuando la niña tenía 12 o 13 años.

El Met defiende y cree en el respeto por la expresión creativa y rectifica que las artes visuales son un medio para la reflexión.

Las artes visuales son uno de los medios más importantes que tenemos para reflexionar a la vez sobre el pasado y el presente, y esperamos motivar la continua evolución de la cultura actual a través de una discusión informada y de respeto por la expresión creativa.

Pero entonces, en la actualidad, ¿qué hay detrás de una petición para censurar una pintura por tener una joven en “posición sugestiva”?

¿Por qué en el siglo XXI, nuestra reflexión respecto de una pintura de una niña va directamente a la sexualización?

Así de alarmante es el momento que vivimos actualmente que alrededor nuestro, todo es sexualización, cosificación e incluso abuso sexual.

Y no solo sucede con niñas, por ejemplo, el protagonista de Stranger Things Finn Wolfhard tuvo que aclarar que solo es un niño, al igual que sucede con su compañera Millie Bobbie Brown.

Tal es el peligro del arte y de la contextualización de piezas, como la obra de Balthus, que suele recibir advertencias sobre que el contenido podría parecerle ofensivo a quien va a ver sus exposiciones.