Así fue la tortura sexual con la que sometieron a María del Sol

Así fue la tortura sexual con la que sometieron a María del Sol
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A María del Sol Vázquez Reyes le dieron una pena de 24 años por un crimen que no cometió. De esta, cumplió 5 años en la cárcel, pues fue forzada a auto incriminarse.

 

La acusaron de secuestro y de robo, y al ser detenida afuera de su trabajo por elementos de la Agencia Veracruzana de Investigación (AVI) ahora extinta, no le fue mostrada ninguna orden de aprehensión.

 

Mientras estuvo detenida en las oficinas de la AVI, la mantuvieron incomunicada por más de 14 horas. Durante ese tiempo, la torturaron sexualmente, golpearon, asfixiaron, insultaron, desnudaron, amenazaron con matar a su familia y la sometieron a choques eléctricos mientras estaba esposada y con los ojos vendados, para que aceptara haber participado con otras dos personas en el secuestro de Natalia Olvera Ross.

 

Posteriormente, mediante engaños, hicieron que firmara unas hojas que utilizaron para plasmar su declaración, la cual no era verdad.

 

A pesar de que Marisol denunció los actos de tortura que sufrió, de que en los expedientes del caso hay constancias médicas de lesiones en su cuerpo, y de las irregularidades del caso, como por ejemplo que los agentes de la AVI no registraron datos sobre la hora ni las condiciones en las que su detención se llevó a cabo, tras tres años de juicio, la sentenciaron a 24 años de prisión.

 

Desde 2012, Marisol no solo tuvo que defender su inocencia, sino también denunciar y buscar justicia respecto a la tortura sexual que padeció. Es por eso que se unió a la campaña “Rompiendo el silencio: todas juntas contra la tortura sexual”, la cual es impulsada por 11 mujeres con casos similares durante el caso Atenco.

 

El día de ayer, agosto 21, la declararon inocente de todos los cargos. Su vida ha sido marcada para siempre por la tortura sexual que sufrió, y su caso nos vuelve a hacer conscientes de que la tortura, en pleno 2017, sigue siendo un mecanismo del Estado para generar pruebas inculpatorias, intimidar y humillar.

 

La ONU condena que en nuestro país, la tortura sigue siendo un método para obtener confesiones, y que sea el ámbito militar el que se encargue de casos de violaciones de derechos humanos, y no la justicia civil.

 

Para Marisol, mujeres como ella, denigradas por la tortura sexual, ahora tienen ”más valor que antes porque sobrevivimos a algo tan feo” , y ahora piensa estar con su hija, “vivir para ella, acompañarla, hacer una vida normal, llevarla a la escuela, a pasear”.

 

 

*Con información de Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y Animal Político

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