Master of sex: un libro de Thomas Maier

Master of sex: un libro de Thomas Maier
Master of sex: un libro de Thomas Maier
Recibe lo mejor de nuestro contenido en tu correo SUSCRÍBETE

Al hacer click en Suscribirme quedarás registrad@ a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento.

Las investigaciones en torno a la sexualidad del ginecólogo William Masters y la sexóloga Virginia Johnson supusieron toda una revolución en los años 60. Iniciaron sus estudios en secreto, en un pequeño laboratorio del Medio Oeste, y pronto se convirtieron en los mayores expertos en sexo de Estados Unidos.

 

A lo largo de más de cuarenta años, a través de la observación directa de miles de encuentros sexuales entre cientos de hombres y mujeres, analizaron y explicaron temas hasta entonces tabú como los secretos del orgasmo, la homosexualidad, la satisfacción emocional o la disfunción sexual.

 

Una mirada sin precedentes sobre el reservado William Masters y la ambiciosa Virginia Johnson. Entretenido y revelador, este libro revolucionario arroja luz sobre los eternos misterios del deseo y la sexualidad, y su complicado papel en la psicología colectiva.

 

Fragmentos

 

“Los modales sinceros de Gini hacían que la gente se sintiese cómoda. Poseía un notable talento para hablar de asuntos íntimos que nadie osaría sacar a la luz en compañía del sexo opuesto. Su estilo ganador animó a muchas mujeres a prestarse voluntarias, casi felizmente, para esa gimnasia sexual explícita que exigía la investigación. Johnson solía escoltar a las nuevas voluntarias por el laboratorio para presentarles todos los artilugios que emplearían en las partes más sensibles de sus cuerpos. Las familiarizaba con otros compañeros enmascarados con los que quizá tendrían que copular, y con todo conseguía que los voluntarios mantuviesen el compromiso incólume. ‘Gini Johnson era particularmente eficaz en esa fase del trabajo’, escribió Masters. ‘Era capaz de relajar a muchos sujetos de estudio neófitos nerviosos y mejorar positivamente su confianza y nivel de confort.’ Una de sus formas de captación era pegar pequeñas notas en los paneles de anuncios de toda la universidad, buscando gente ‘dispuesta a participar en una actividad sexual abierta en entorno de laboratorio’. A medida que la noticia se extendía por Saint Louis, Masters recordó que consiguieron reunir ‘más voluntarios de los que yo habría podido gestionar eficaz y eficientemente’. Alrededor de dos tercios de los entrevistados acabaron participando como sujetos de la investigación. Dado que el estudio pretendía  centrarse en la respuesta sexual, los entrevistados que nunca habían tenido un orgasmo (o no estaban seguros) eran descartados. ‘Nuestra regla básica era que si no estaban seguros, probablemente no lo habrían experimentado’, explicó Masters.

 

“En sus esfuerzos por reclutar, Johnson supo de las aventuras extramatrimoniales de Gilpatrick durante el turno de noche en el hospital, mientras su mujer estaba en casa con sus dos hijos. Cuando supo de la inclinación de Gilpatrick por mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, Johnson abordó a su colega con una oferta para presentarse voluntario. Le sugirió que su investigación de las respuestas sexuales entre extraños era consustancial y lógica dentro del marco de la investigación de la infertilidad. No costó convencerlo.”

 

“Abarcando toda la pantalla cinematográfica, la imagen gigante de un torso femenino desnudo temblaba en vivos colores galvanizados por la oscuridad reinante en la sala de conferencias del hospital. Casi veinte médicos, la mayoría con una copa de Martini en la mano, contemplaban la granulosidad de la areola gigante, los henchidos pezones mientras se endurecían como curiosos liliputienses y los enormes bultos de carne repletos de sangre, indicadores de que la mujer filmada estaba excitada. En aquellos seminarios de última hora del viernes, destacados ponentes a menudo debatían con franco detalle sobre sus investigaciones anatómicas ante el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad Washington. Para ilustrarse, algunos dependían de diapositivas o de pizarrones anotados a gis. Pero nadie había visto antes nada parecido.”

 

“Después de veintiún años de matrimonio, la tarea de anunciar la separación de Masters y Johnson recayó en William Young, el director del instituto que llevaba sus nombres. Periodistas de todo el mundo acudieron a toda prisa a Saint Louis para averiguar por qué los dos expertos sobre el sexo y el amor ponían fin a su larga unión. Durante años, Masters y Johnson habían ayudado a otros matrimonios a comprender su intimidad, les habían dado consejos prácticos aparentemente surgidos de la propia experiencia juntos. Y ahora todo se terminaba.”

 

Sobre el autor...

 

Thomas Maier (Nueva York, 1956) es un galardonado periodista de investigación y autor de cuatro biografías. Su obra The Kennedy’s: America’s Emerald Kings, fue uno de los libros más importantes del año escogidos por USA Today en 2003, reeditado en 2008 junto con un documental producido por Warner Bros y Robert Kline, basado en el propio libro.

 

Como periodista de investigación para Newsday desde 1984, Maier ha ganado varios de los premios más importantes de Estados Unidos, incluido el mayor galardón de la Sociedad de Periodistas Profesionales. Master of sex ha recibido excelentes críticas y ha inspirado la serie de televisión homónima. Es Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Fordham y actualmente vive en Long Island.

 

Este libro ya está disponible en las principales librerías del país y llega a nosotros gracias a Suma de Letras.

Compartir en Facebook compartir en twitter, se abrirá en otra ventana Compartir en Pinterest Agregar a favoritos Enviar por correo electrónico