Hay años de popó acumulada en el Everest y es un problema

Cuando Edmund Hillary conquistó el Everest en 1959 seguramente nunca se imaginó que esto pudiera llegar a ser un problema, pero más de 50 años (y 4 mil escaladores) después la montaña ahora sufre de un tipo muy específico de contaminación: está cubierta en deshechos humanos.

Ahora, heces y orina son desechos orgánicos, y no sería tanto problema si no fuera porque al ser cada vez más personas las que suben esta montaña anualmente se puede convertir en un problema de salubridad.

Cada temporada alrededor de 700 alpinistas y guías pasan alrededor de dos meses en el Everest, aclimatándose en los cuatro campamentos. En el primero, el que cuenta con más cocineros y staff, existen baños en los que se juntan los desechos que después llevan a otro lugar más abajo donde se deshacen de ellos correctamente, pero en todos los demás no cuentan con este tipo de instalaciones.

Los alpinistas normalmente hacen hoyos en la nieve para usarlos como baños y dejan el deshecho humano ahí, comentó Ang Tshering, jefe de la asociación de montañismo de Nepal, para el Huffington Post. Añadió además que estos desperdicios se han ido acumulando alrededor de los campamentos por años.

Desde 2008 se crearon expediciones para recolectar basura y ayudar a mantener el Everest, y algunas personas sí llevan consigo bolsas especiales para guardar su excremento, pero el gobierno de Nepal no ha logrado implementar un plan para lidiar con estos desechos en las partes más altas de la montaña.

Lo que sí hicieron fue obligar a los alpinistas a bajar su basura. El año pasado implementaron una regla que obliga a los alpinistas a entregar 8 kilos de basura al bajar. Esto es en promedio lo que una persona genera a lo largo del recorrido, y de no bajarla el alpinista pierde su depósito de 4 mil dólares.

Pareciera que todo lo que toca el hombre se va a la mierda (literal). ¿Alguien tiene una idea para proponerle al gobierno de Nepal?