5 textos para enamorarte de Cortázar

Textos de Cortázar
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Hijo de padres argentinos, Julio Cortázar nació en Bruselas en 1914 y residió en Buenos Aires desde los cuatro años.Trabajó como maestro en varios pueblos argentinos y posteriormente se graduó en Letras.

 

Bajo el seudónimo de Julio Denis publicó su primer libro de poemas, «Presencia», en 1938.  Gracias a una beca del gobierno francés, se instaló en Paris en 1951 donde además se dedicó a las traducciones para mejorar su situación económica. Posteriormente se vinculó a la Unesco trabajando allí hasta su jubilación.  Además de numerosas novelas y escritos, sobresale su poema dramático «Los Reyes» en 1949.Murió en Paris en 1984.

 

Para festejar su cumpleaños, nuestros amigos de Excélsior hicieron una compilación de algunos de sus textos. Aquí les dejamos 5... 5 textos, razones y motivos para enamorarnos de Julio Cortázar:

 

  • No sabré desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me muerda los pies, no me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de estilo. Acepto este destino de camisas planchadas, llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras. El largo desarreglo de los sentidos me va mal, opto por el dentífrico y las toallas. Me vacuno. Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en una fuente para traerte un pescadito rojo bajo la rabia de gendarmes y niñeras.

 

  • Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme así contento. Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre. ¿No me prestás tu mano en esta noche de fìn de año de lechuzas roncas? No puedes, por razones técnicas. Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo, el durazno sedoso de la palma y el dorso, ese país de azules árboles. Así la tomo y la sostengo, como si de ello dependiera muchísimo del mundo, la sucesión de las cuatro estaciones, el canto de los gallos, el amor de los hombres.

 

  • Te desnudé entre llantos y temblores sobre una cama abierta a lo infinito, y si no tuve lástima del grito ni de las súplicas o los rubores, fui en cambio el alfarero en los albores, el fuego y el azar del lento rito, sentí nacer bajo la arcilla el mito del retorno a la fuente y a las flores. En mis brazos tejiste la madeja rumorosa del tiempo encadenado, su eternidad de fuego recurrente; no sé qué viste tú desde tu queja, yo vi águilas y musgos, fui ese lado del espejo en que canta la serpiente.

 

  • La lenta máquina del desamor, los engranajes del reflujo, los cuerpos que abandonan las almohadas, las sábanas, los besos, y de pie ante el espejo interrogándose cada uno a sí mismo, ya no mirándose entre ellos, ya no desnudos para el otro, ya no te amo, mi amor.

 

  • Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz, te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz, voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago y cintas que dormían en la lluvia. No quiero que tengas una forma, que seas precisamente lo que viene detrás de tu mano, porque el agua, considera el agua, y los leones cuando se disuelven en el azúcar de la fábula, y los gestos, esa arquitectura de la nada, encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro. Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo, pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo lacio, esa sonrisa. Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino es también la luna y el espejo, busco esa línea que hace temblar a un hombre en una galería de museo. Además te quiero, y hace tiempo y frío.

 

Si quieren leer la nota completa con otros 22 textos para enamorarse de Cortázar den clic aquí.

 

 

 

 

 

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