¿Y si quedamos como amigos?

¿Se acuerdan del primer niño con el que hablaron? Ese primer amigo al que no tenían ganas de pegarle o de molestarlo… ese primer amigo que nos hizo entender que los niños y las niñas pueden quererse y entenderse y no tienen que jalarse las trenzas en el camino.

Tengo la fortuna de tener muchos amigos del sexo opuesto… he sido afortunada porque los he tenido desde muy chica, desde edades en las que los niños y las niñas no se hablaban, y leer esta novela me hizo recordar esos momentos…

Macallan acaba de perder a su mamá en un accidente cuando conoce a Levi, el chico nuevo que acaba de mudarse. Al principio parecen no hacerse mucho caso pero la vida los obliga a descubrirse y a construirse juntos.

Levi viene de California, su mundo era completamente diferente. Macallan tenía mamá hace un año y su mundo era completamente diferente, pero tienen más en común de lo que se habían imaginado.

Una referencia a una serie inglesa es la clave para que los dos sepan que van a ser especiales en la vida del otro… Conforme vamos pasando las páginas del libro, la amistad se va haciendo más fuerte e importante pero también crecen los conflictos existenciales conforme ellos crecen.

Se atraviesan los novios y las familias… los celos y las inseguridades, todo enmarcado por esa hermosa sensación de ser adolescente otra vez mientras lees su historia.

Este libro narra una linda historia de amistad y plantea el eterno dilema de si hombres y mujeres podemos ser amigos o si siempre hay un sentimiento romántico esperando su oportunidad para asomarse.

Si quieren leer un libro que las haga sonreír, recordar, suspirar… este es. Elizabeth Eulberg nos lleva de la mano a través de los pensamientos de los 2 protagonistas de la historia, ahora leyendo la voz de Macallan y ahora leyendo la voz de Levi para poder entender la magia de las amistades entre géneros.

Y… (spoilers alert) terminar con genialidades como esta: