Yo, la peor de Mónica Lavin

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La pasión por los libros en la hacienda donde vive con su abuelo, y el concurso que gana a los siete años, la llevarán de los bosques de Amecameca a la ciudad de México.


Entrará a la corte de los marqueses de Mancera para convertirse en favorita de la virreina, protegida por los virreyes y aconsejada por el confesor de la corte: el jesuita Núñez de Miranda entrará primero al convento de las Carmelitas donde la austeridad de la regla la alejará para volver dos años después a la vida religiosa en el convento de San Jerónimo. Allí, la relación con la virreina María Luisa Manrique será fundamental en su crecimiento artístico, intelectual y en la publicación de sus obras.


Esta vida, conocida y estudiada por muchos, será vista a través de las vidas de las mujeres novohispanas que la rodearon o que probablemente lo hicieron. Las vidas de su abuela Beatriz, de su madre Isabel, de su hermana Josefa, de su maestra en la escuela que será cómplice del espíritu científico de Juana Inés, de su tía Mata, de la negra Virgilia, de Catalina la esclava, de una cortesana que queda embarazada del tío amante, de las virreinas, de la monja Cecilia, de la esclava Juana de San José y de la sobrina Isabel, irán construyendo el retablo del mundo hispano donde criollos, esclavos negros, indios en el gobierno, el campo y la iglesia a la par que con sus propios conflictos, van develando los de la monja ilustrada.


Yo, la peor apresa el espíritu de una época y la difícil vocación por el estudio y el conocimiento de una mujer talentosa, sin dote ni padre, donde influencias, alianzas e intereses tejen un destino singular con la palabra en el seno de las contradicciones barrocas, a la par que desnuda los destinos de una constelación de mujeres presas de las circunstancias. 



“Ahora me piden que sea otra de la que soy, que me corte la lengua, que me nuble la vista, que me ampute los dedos, el corazón, que no piense, que no sienta más que lo que es menester propio de una religiosa, de una esposa de Cristo. ¿Quién ha decidido que no pensar es propio de la mujer del Altísimo?”

 

Mónica Lavín fue una de las mujeres con Actitud.. no te pierdas aquí su entrevista.

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