Argovia: el lugar soñado para los amantes del café

Las rutas cafeteras en Chiapas que tienes que conocer
Las rutas cafeteras en Chiapas que tienes que conocer
Recibe lo mejor de nuestro contenido en tu correo SUSCRÍBETE

Al hacer click en Suscribirme quedarás registrad@ a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento.

A mil 200 metros sobre el nivel del mar se encuentra a un hermoso recinto llamado Argovia, una finca cafetalera fundada en 1880, sumergida en las partes altas de la montaña. Argovia es el lugar soñado para los amantes del ecoturismo, la naturaleza y  el buen café.

 

Más que una finca cafetalera de Tapachula, Chiapas, me encontré un paradisiaco hotel con alberca, restaurante, rapel, spa, rutas de senderismo, suites de lujo, árboles frutales, ríos y animales silvestres.

 

 

La finca te permite admirar la belleza del paisaje, desde el imponente volcán Tacaná hasta la selva tropical mientras que el silencio de la montaña, el aire fresco y el contacto con la naturaleza crean un ambiente de relajación y reflexión, perfecto para despejar la mente de los visitantes.

 

El café orgánico Argovia es intenso, aromático y de buen cuerpo, gracias a la altura, el clima, la riqueza del suelo y las propiedades de la tierra volcánica.

 

El volcán Tacaná se alza en lo alto de la sierra madre de Chiapas con 4 mil 100 metros de altura, creando joyas naturales como los manantiales de agua caliente, y, dándole un sabor muy peculiar al grano.

 

La ruta del café está conformada por 4 fincas de nivel mundial, Argovia, Hamburgo, Irlanda y La Chiripa. Cada una tiene su propio estilo  y ofrece diferentes atracciones para los turistas.

 

La ubicación geográfica y la altitud son ideales para cultivar un café de altísima calidad. Independientemente del café, el ecosistema y la biodiversidad de la jungla fueron lo más espectacular de mi travesía.

 

 

Encuentro importante saber disfrutar los territorios vírgenes y exóticos que nos regala el planeta tierra. No sabemos cuánto tiempo se mantengan intactos del incontenible crecimiento demográfico.

 

Explorar todos los rincones mágicos de la selva toma más de un viaje. Es impresionante la cantidad de ríos, cascadas, pozas, grutas y otros lugares sagrados que se mantienen lejos de la mano del hombre.

 

Tuve el placer de tomarme una taza de café sentado en la terraza levadiza del restaurante, mientras las palmeras se movían al ritmo del viento. Es una sensación muy especial consumir un buen café, y al mismo tiempo, contemplar las tierras que le dieron vida.

 

 

Después de caminar por los exóticos jardines y los cafetales de la finca, me fui introduciendo a la densa y cautivadora maleza. Conforme iba bajando, el agua del rio se escuchaba con más fuerza.

 

Al llegar, hallé una poza de agua cristalina inmersa en el corazón de la selva. No pude evitar la tentación y me sumergí en aquel santuario de agua helada.

 

Adentrarse a un mundo alejado de la civilización revitaliza el cuerpo y la mente, así que la zona del Soconusco es un sitio que recomiendo ampliamente a todos aquellos que buscan aventurarse a los secretos de la naturaleza de vez en cuando.

 

Cortesía de texto e imágenes: Arturo Robles Chávez

 

Compartir en Facebook compartir en twitter, se abrirá en otra ventana Compartir en Pinterest Agregar a favoritos Enviar por correo electrónico