Los personajes de Starbucks

“Un grande latte con leche deslactosada light; 2 Stevias, no Splendas; la leche a 38o°C y un shot de canela pero sin canela en polvo en la espuma”. Say whaaaat!? ¿Desde cuándo pusimos tanta ciencia en pedir un café?

Una cafetería es un microcosmos que representa, en cierta medida, a esta jungla que llamamos sociedad. Yo no sé por qué Starbucks no me ha hecho miembro honorario de su comité directivo después de tantas veces al día (semana) que visito cualquiera de sus sucursales, no necesariamente porque sea EL mejor café, pero me da paz que haya un lugar donde puedas entrar y salir victoriosa con tu café del día con soya caliente en menos de 7 minutos (y si ya eres asidua y tu barista favorito conoce tu orden a la perfección, sales en 5 minutos)… sin mencionar la emoción máxima que su marketing ha causado en mí, como los vasos rojos en diciembre, su grilled cheese y su ya de confianza panini español. Sí, me encanta Starbucks.

Numerosas visitas a estos populares establecimientos me han permitido percatarme de varios personajes que siempre se pueden encontrar aquí, y he descubierto también que la manera en que se comportan en este microcosmos nos puede dar una buena idea del tipo de personas que son en la “vida real”. Aquí algunos ejemplos:

1. El roba Wi-Fi

Léase, el que pide un café del día para que la pantalla del vasito le dure 5 horas mientras navega felizmente en red ajena. Puede ser desde el extranjero que tiene plan limitado de Internet hasta el local que recibe el mensaje de Telcel de que le quedan menos 10 megas en su plan. Cuando el recurso es escaso, no queda más que recurrir al Starbucks más cercano.

2. El control freak

Aquel individuo que pide su bebida a 38o°C, ni más ni menos. Dudo que el paladar mortal pueda diferenciar si la temperatura está a 30o°C o a 38o°C, pero está bien… Generalmente, es el típico que pide la gasolina por litros, que trae al tiro todas sus tarjetas y no le paga ni un peso de intereses al banco; el que usaba colores diferentes para los títulos, las fechas y los apuntes en primaria, o que tiene su clóset acomodado por colores y temporadas.

3. El tarjeta dorada

Es el que, apenas sale del gym, pasa religiosamente por su té verde para empezar la jornada laboral. Este tipo es reconocido por cualquier barista, por lo que, antes de que termine de pagar, ya está su bebida lista y su manga trae su nombre de cariño y un dibujito (tipo Dan, Ale o Pau, seguido de una carita feliz ).

4. El profesionista ambulante

Aquél que hace de la popular cafetería su oficina. Generalmente, algún profesor de algo o un freelancer que está trabajando en algún proyecto. Tiene la habilidad de sobrevivir con un café grande todo el día, pues acude veces a la semana.

5. El Godínez

No gusta del café en realidad, sino de usar todas las promociones posibles para las bebidas caras, como los frappés. Aprovecha todos los cupones y las promociones de frappés al 2×1, y va con sus compañeritos Godínez a hacerlas válidas. Por supuesto, cae en todos los especiales de “compra tu panini y te hacemos tu café alto, grande”. Jura que está ahorrando mil.

6. El alien

¿Cómo? ¿Grande es el mediano? Caso perdido.

Yo caigo en varias de estas, ustedes ¿en cuál?

Artículo original de Daniela Zamudio. Si les latió síganla en Instagram y Twitter: @kadezeta

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