Piérdete en las calles coloniales de San Sebastián de Bernal

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Encuentro fascinante caminar en los callejones adoquinados rodeados por bugambilias, enredaderas, cactus y construcciones coloridas de carácter virreinal.

 

El buen café, los mercados de artesanías, los puestos de comida mexicana, el viento fresco, el clima cálido y la hermosa vista al Tercer Monolito más grande del mundo, la peña de Bernal, crean una atmosfera agradable para cualquier transeúnte que recorra las calles de una ciudad fundada en 1725.

 

 

Un pueblo mágico, como San Sebastián Bernal, ofrece una experiencia única para los turistas gracias a su tranquilidad, folclor, gastronomía e historia que lo hace un lugar ideal para descansar.

 

La máxima atracción de Bernal (nombre coloquial) es la peña de 350 metros de altura que se alza a un costado de la ciudad, siendo visible desde cualquier punto de la zona.

 

La creación de este monolito tiene sus orígenes en un volcán que solidificó su magma generando una enorme estructura del mismo elemento. Esta belleza natural era tres veces más grande que en la actualidad, ya que lleva en pie 300 millones de años.

 

 

Es recomendable subir a una zona de 200 metros de altura, la vista de la ciudad es cautivadora, al igual que el ventarrón que choca en las partes altas de la piedra.

 

Gracias a la poca luz y población de la periferia, es un verdadero deleite presenciar las estrellas de noche. Los 2 mil 500 metros de altitud son ideales para observar las constelaciones con fulgor; no por nada es uno de los sitios favoritos de los astrónomos.

 

La peña de Bernal no es todo lo que tiene para ofrecerte este pueblo mágico. Su arquitectura colonial se hace notar en cada uno de sus rincones; los callejones están repletos de construcciones pintorescas con hermosos balcones y techos abovedados.

 

 

La capilla de la Santa Cruz, el templo de San Sebastián Mártir y el castillo son los lugares más recurridos de la pequeña ciudad, ya que son piezas arquitectónicas de época.

 

Hay una amplia variedad de restaurantes y bares con terrazas románticas y amplios jardines para disfrutar una copa vino de la región o un buen café negro. Hablando de vino, a quince minutos de Bernal se encuentran diversos viñedos, como Freixenet, La Redonda, Viñedos Azteca y Los Rosales.

 

 

En pocas palabras, Bernal es un lugar excelso para ir en compañía de amigos y familiares. Todo lo que envuelve a este pueblo mágico es un placer. La comida, los vinos, la ciudad, el aire, la peña, la estrellas, la arquitectura y las sensaciones hacen de Bernal un lugar turístico de gozo.

 

Cortesía de texto e imágenes: Arturo Robles Chávez 

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