Y tú, ¿eres turista o viajera?

Qué tipo de viajero eres, turista o aventurera
Qué tipo de viajero eres, turista o aventurera
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Vivo en una ciudad muy turística, ¡y cada vez más llegan todo tipo de viajeros! Barcelona es el tercer destino más visitado de Europa, después de París y Londres. Cada vez que tengo oportunidad de observar a quienes la visitan, tengo más clara la diferencia entre turistas y viajeros.

 

No son palabras equivalentes ni pueden ser sinónimas, porque entre ambos hay muchos contrastes. El viaje es lo único que los une, pero detrás de las cámaras, los “palos-selfies” y las guías turísticas, hay dos maneras muy distintas de viajar.

 

A través de mis observaciones he detectado algunos rasgos que distinguen al viajero del mero turista, por ejemplo:

 

• La disponibilidad de tiempo

 

Mientras que el turista tiene bastante definida la duración de su estancia (y más aún si viaja en paquetes organizados), el viajero tiene más libertad y maneja su itinerario a placer y según sus propios intereses.

 

 

Recorre sin límites, trata de integrarse a la vida cotidiana del lugar y vuelve cuando le apetece. Si tu sueño es viajar y conocer, eres toda una exploradora. Pero si lo único que quieres es sacarte la foto, ir de compras, no tienes ningún interés por la cultura o la gastronomía, y lo que deseas es regresar a casita, eres una turista común y corriente.

 

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• Ir a tu aire

 

Puede ser que tengas un itinerario súper cronometrado y hayas hecho una planificación perfecta, porque tienes pocos días para viajar. Si eres de las que necesita tener una ruta establecida antes de salir a la aventura, eres una turista muy organizada.

 

 

La viajera, en cambio, rara vez define su itinerario, aunque tiene como mínimo un rumbo definido, pero sin ataduras. Quizás escoge un país, una región que le interesa visitar y se mueve de un lado al otro con la máxima libertad posible. Si prefiere cambiar de dirección lo hará, porque lo espontáneo es parte de su viaje.

 

• Sorpresas te da la vida

 

Un turista sabe de antemano lo que va a encontrar. Puede tener sorpresas –siempre las hay– pero su viaje se queda en los atractivos turísticos de una región. Si viene a Barcelona, rara vez paseará por barrios menos céntricos (pero más auténticos) y no saldrá de las cuatro calles conocidas.

 

 

Cuando yo vivía en Madrid, me impresionaba que muchos mexicanos no se atrevieran a adentrarse dos callecitas más allá de la Gran Vía. ¡Jamás tuvieron la oportunidad de conocer el barrio de Malasaña… de lo que se perdieron! Un viajero, en cambio, va en busca de lo exótico, lo diferente. Prefiere descubrir. Desde luego, su viaje será más interesante y aleccionador.

 

• La buena noticia

 

Afortunadamente, el verdadero desafío de un turista es descubrir que también puede ser un viajero y que puede evadir su encajonado programa de paseos para estar más libre y disfrutar del mundo de posibilidades que se abre a sus pies. Lo que realmente motiva a un viajero es la libertad de acción, saber que su viaje es suyo y de nadie más y que no hay apuros.

 

 

El reto es no quedarte solo con lo que capturas en tu cámara o tu celular, sino vivir el momento. No seas de las que se sacan selfies frente a la Monalisa; además de mal gusto, molestas a otras personas que sí tienen interés en la obra de Leonardo da Vinci.

 

Deja de pensar solo en comprar, comprar y comprar… para eso, están los centros comerciales mexicanos. ¿Y tú, qué tipo de viajera eres, turista o aventurera?

 

Viaja, conoce y disfruta.
 

 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de actitudfem.com

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