4 momentos claves para tomar agua

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Recuerda bien esta cifra: cerca del 70% de nuestro organismo es agua. Si el cuerpo no recibe este líquido en cantidades necesarias, puede provocar un gran daño en el desempeño físico y mental de las personas.


De acuerdo con el Observatorio de Hidratación y Salud de España, dentro de la nutrición, uno de los temas que no ha recibido la atención debida es el de la hidratación y es que “no existe un mecanismo eficiente de almacenamiento hídrico corporal, con lo que debemos realizar un aporte constante de líquidos para mantener los niveles estables”.

 

Este organismo señala que un estado óptimo de hidratación es fundamental para alcanzar un buen estado de salud y bienestar.


Riesgos de la falta de hidratación


Entre los riesgos de una disminución en los niveles de hidratación se encuentran algunos trastornos que van desde dolores de cabeza, disminución en el rendimiento físico y mental, confusión, calambres musculares, deterioro del funcionamiento renal y en casos de deshidratación severa incluso la muerte.


Según el Instituto Europeo de Hidratación (EHI, por sus siglas en inglés), hay 4 momentos claves del día en los que debes tomar agua.

 


1. Mientras conduces

 

Cuando manejes, sobre todo trayectos largos, procura siempre tener cerca una botella de agua para mantenerte hidratado. Esto es primordial, pues la falta de líquidos en el organismo afecta la actividad cerebral, disminuyendo la capacidad de alerta y la concentración.

 

Además, la deshidratación hace que se pierdan reflejos y la agilidad mental necesaria para reaccionar de manera rápida ante un imprevisto en la ruta. Cómo hidratarse al conducir: como mínimo, debes llevar un envase con agua fresca de un litro y medio.

 

Cada cierto tiempo, haz un alto en el camino para tomar líquido y trata de no beber en exceso bebidas con azúcar o aquellas energéticas, pues pueden alterar tu conducción.


2. Cuando te ejercitas

 

Al hacer ejercicio, la ingesta de agua es muy importante ya que un músculo bien hidratado es más resistente y flexible a las rutinas. Por el contrario, un músculo mal hidratado tiene más riesgo de sufrir alguna lesión.

 

Como el 76% de la masa muscular está compuesta por agua, y al tener actividad física se pierde gran cantidad de este elemento por medio de la sudoración y el incremento del flujo sanguíneo cutáneo, es muy necesario que las personas se hidraten en este contexto.

 

Lo anterior, sobre todo, si se tiene en cuenta que la cantidad de agua que se pierde por medio de la transpiración –más en ambientes cálidos, húmedos o en actividades intensas y duraderas- puede llevar a la deshidratación si no se toman las medidas necesarias de reposición de líquidos.

 

Cómo hidratarse al hacer ejercicio: es aconsejable que lleves contigo una botella de agua y beberla antes, durante y después de la actividad física.

 

Otra recomendación es tomar bebidas isotónicas, siempre y cuando el ambiente sea caluroso o el ejercicio se vuelva intenso y prolongado, provocando mucha sudoración.

 


3. Al estudiar

 

De acuerdo con el EHI, el volumen de la sangre corporal disminuye cuando existen signos de deshidratación en el cuerpo. Esta situación, supone un riesgo para nuestro desempeño a la hora de estudiar, pues la cantidad de sangre, oxígeno y nutrientes que derivan al cerebro podrían ser insuficientes para que éste funcione con normalidad.

 

Dicha deficiencia, señalan desde el organismo, afecta negativamente la realización de tareas mentales pues dificulta la concentración y la memoria a corto plazo, aumenta el dolor y pesadez de la cabeza, altera la capacidad de retención y empeora el aprendizaje.

 

Además, hay que tener en cuenta que cuando el cuerpo está sometido a situaciones de estrés o nerviosismo, se incrementa la pérdida de líquido a través del sudor: “En estos casos es necesario aumentar el consumo de líquidos para reponer lo perdido y mantener una óptima hidratación”, indica el Observatorio de Hidratación y Salud de España.

 

Cómo hidratarse al estudiar: una buena forma para que la baja ingesta de agua no te pase la cuenta es que tengas a mano un termo con té o una infusión, prepararte una botella de agua con sabores –jugos o añadir un palito de canela-, que consumas fruta fresca e incluso comas un puñado de frutos secos –ya que dan sed y obligan a tomar más líquido, además de aportar nutrientes a tu cerebro.

 

4. En el trabajo

 

Independientemente del trabajo que realices, ya sea uno que requiera una mayor exigencia física o intelectual, es fundamental que te hidrates de buena forma para garantizar un buen desarrollo de tus labores.

 

Recuerda que si no consumes la suficiente cantidad de agua es probable que sufras de dolores de cabeza y que tu rendimiento disminuya.

 

Según el Instituto Europeo de Hidratación, “muchos factores, como por ejemplo una mayor carga de trabajo, el estrés, la distancia entre el lugar de trabajo y el hogar, los ambientes con aire seco debido al aire acondicionado o a la calefacción, pueden afectar el funcionamiento normal del cuerpo y aumentar la pérdida de agua incluso cuando no sudamos de manera evidente”.

 

Cómo hidratarse en el trabajo: un buen consejo es tener un vaso de agua a la vista, además de llevar frutas frescas a tu trabajo de modo de comerlas a mediodía.

 

Otra buena forma de permanecer hidratado durante tu jornada laboral es contar con un hervidor cercano, de modo de prepararte té o infusiones cada cierto tiempo.
 

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