6 razones para ser más amable el próximo año

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Una buena manera de empezar el 2015 con el pie derecho es cambiando de actitud hacia los demás. Ser amables, además de beneficiar a nuestra salud y mejorar nuestras relaciones personales, nos permite liberar temores y angustias. Esto no solo lo decimos nosotros, también lo revelan diversos estudios científicos.


En ActitudFem te damos seis buenas razones por las que vale la pena ser amable.

 

1. La amabilidad es sinónimo de fortaleza

 

A juicio de Begoña García Larrauri, doctora en Psicología y profesora del departamento de Psicología de la Universidad de Valladolid (España), “la auténtica amabilidad es un rasgo de fortaleza y no debe confundirse con la sumisión o el deseo de complacer en contra de nuestros deseos o intereses, o incluso de nuestro propio bienestar”. De hecho, la verdadera amabilidad está muy relacionada con el respeto hacia el otro, “de modo que la persona amable permanece libre de prejuicios, expectativas y creencias hacia las personas”.

 

 

2. Entre más amables, somos más sanos

 

Especialistas de la Universidad de Texas han establecido que las emociones positivas mejoran nuestra tensión arterial, mientras que en la Universidad de Standford (Estados Unidos) un reciente análisis reveló que emociones negativas como la ira disminuyen la eficacia de bombeo del corazón en pacientes que han sufrido un infarto.

 

Gracias a la amabilidad, nuestro sistema inmunológico se ve beneficiado ya que nos ayuda a regularlo y a mantener a raya los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Ser amables nos hace más fuertes, más resistentes y nos prepara para gestionar mejor los impactos negativos, tanto físicos como psicológicos, que recibimos.

 

 

3. Un subidón de endorfinas

 

La amabilidad es la aliada perfecta para soportar el dolor o atenuar la ansiedad, porque nuestro estado de ánimo y nuestra actitud mejoran. Esto provoca en el organismo un flujo mayor de endorfinas. Como cuando hacemos deporte, escuchamos buena música, o hacemos el amor, al ser amables las endorfinas corretean por nuestro organismo proporcionándonos placer y conectándonos con un bienestar psicológico y físico. “Ayudar a los demás funciona como los narcóticos, pero sin secuelas”, describe el oncólogo Stefan Einhorn, autor del libro “El Arte de la Bondad”.

 

El efecto positivo de las endorfinas que producimos al ser amables mejora nuestra memoria, regula el apetito, disminuye la irritabilidad e, incluso, puede resultar más fácil abandonar adicciones como el consumo de tabaco y de alcohol.

 

 

4. El secreto del éxito

 

Ser amable nos dota de una organización cognitiva más abierta, flexible y compleja, imprescindible para realizar un buen trabajo. Gracias a ella nuestra creatividad se multiplica y somos más sensatos a la hora de emitir juicios y de tomar decisiones. Nos podemos equivocar, pero ante un error reaccionamos mejor: lo detectamos y resolvemos con eficacia.

 

 

Además, si alimentamos nuestro estilo emocional positivo, comprendemos mejor las normas del entorno laboral en el que nos movemos, incrementamos nuestra memoria y somos más precisos; contamos con un eficaz autocontrol y desarrollamos una gran capacidad para el trabajo en equipo.

 

5. Fuente de beneficios

 

Una persona amable es admirada, querida y respetada. Es un tesoro para quienes la rodean y una fuente segura de beneficio para su empresa. Un estudio entre 272 ejecutivos concluyó que las personas con más emociones positivas eran consideradas más productivas y tenían mejores sueldos. Muchas escuelas de directivos han empezado a entenderlo y aplican enseñanzas en este sentido. No es mejor jefe quien impone el temor o mejor empleado quien se instala en la sumisión. El mejor siempre es, como describen los expertos, el que ha trabajado un espíritu positivo, porque convierte a los individuos en un equipo. Además, se convierte en un individuo resolutivo, rápido y seguro.

 

 

6. Potente arma de seducción

 

La amabilidad aumenta la confianza en nosotros mismos y nos hace más atractivos. A ojos de los demás, está demostrado que una persona amable es hermosa. Cuando las mujeres confiesan en amplia mayoría que prefieren a los hombres caballerosos, solo hacen referencia a que, para compartir la vida, desean a un hombre generoso, respetuoso, simpático, comprensivo, que sea capaz de ponerse en su lugar y que no tema expresar sus sentimientos. Un hombre, en definitiva, amable.

 


Sin duda, los actos amables crean un mayor sentimiento de felicidad.

 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de actitudfem.com

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