9 tips para ser mejor estudiante

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La entrada al colegio o a la universidad no está tan lejos como parece. Dentro de muy poco tiempo empezarán las carreras para comprar los uniformes, forrar los libros o escoger las materias del nuevo curso. Y, entonces, comenzaremos a sufrir por la llegada de los exámenes. ¡Es un ciclo que no termina nunca!


Por ello, nos dimos a la tarea de buscar nuevas técnicas para ayudar a nuestros seres queridos (o a nosotras mismas) a estudiar más y mejor. Afortunadamente, nos topamos con un libro muy interesante, Make It Stick: the Science of Succesful Learning, publicado por la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y en el que nos enteramos de que muchas de las prácticas más frecuentes que usamos a la hora de estudiar se encuentran radicalmente equivocadas.


Sus autores, Peter C. Brown, Henry L. Roediger III y Mark A. McDaniel, nos recuerdan que memorizar sigue siendo parte fundamental del proceso educativo y, por lo tanto, tenemos que aprender la mejor manera de retener los datos importantes que tarde o temprano necesitaremos.

Para los autores, subrayar, destacar en colores fluorescentes, volver a leer una y otra vez, estudiar sin parar y repetir hasta el cansancio, son prácticas que “proporcionan una falsa sensación de maestría”, pero que son no sólo inútiles, sino contraproducentes.



1. Recordar es mejor que leer

 

¿Quién no ha pasado horas y horas releyendo un libro de texto con el objetivo de que las palabras se queden grabadas a fuego en nuestra mente? Esta es una pésima práctica. Es preferible dedicar menos tiempo a la lectura y más al recuerdo mental de la misma, puesto que ello refuerza la retención y facilita el recuerdo en ocasiones posteriores. Además, nos permite descubrir aquello que conocemos en mayor profundidad y a lo que deberíamos dar un repaso.


2. Espacia tus sesiones de estudio

 

Lo peor es pasar sesiones maratónicas tratando de “aprender” todo el curso para el examen de la mañana siguiente. Si queremos retener lo aprendido, conviene dejar reposar la lección durante cierto tiempo antes de volver a recuperar los libros.


3. Estudia distintas materias al mismo tiempo

 

Ver la fecha de un examen acercarse suele producir una gran ansiedad que intentamos calmar dedicando horas y más horas a una misma materia. Es lo que se conoce como massed study (algo así como “estudio masificado”). Una alternativa bastante más útil es organizarse de manera que se aprendan diferentes asignaturas al mismo tiempo, lo que, según los autores, favorece la retención y facilita la comprensión de lo leído.

 

Es el interleaving (“intercalado”), que suele provocar que los estudiantes piensen que han aprendido menos de lo que realmente lo han hecho, y que se sorprendan cuando se dan cuenta de lo efectivo de este método.


4. Toma notas a mano

 

Se ha hablado mucho de las diferencias entre la escritura manual o mecanografiada, y los autores defienden que la velocidad con la que se escribe de una u otra manera influye en nuestra retención del conocimiento. Ya que a mano tardamos más, nos vemos obligados a reflexionar sobre lo que estamos reflejando en la página y realizar una primera criba activa de información; tecleando en la computadora nos convertimos en meros mecanógrafos que pueden reflejar de una manera certera las palabras del profesor, pero no entender nada de lo que dice.


5. Busca las soluciones por ti mismo

 

Una de las situaciones detestadas por la mayor parte de estudiantes es verse obligados a resolver un problema o responder una pregunta cuya respuesta no se les haya sido dada con antelación. Según los autores, eso sería pura repetición: enfrentarse a un desafío, incluso aunque no se sepa nada sobre él, nos ayuda a proponer soluciones que, si bien equivocadas, facilitarán posteriormente el aprendizaje.

 

Al mismo tiempo, los alumnos aprenden más cuando las preguntas son abiertas que cuando tienen que seleccionar una opción en un test, puesto que este esfuerzo adicional favorece la retención.


6. Aplica lo que has aprendido

 

Se conoce como elaboración del proceso que nos permite adaptar la nueva información recibida a nuestra propia perspectiva. ¿Es aburrido comprender la historia del siglo XIX en México? Imagínalo como si fuese un capítulo de Juego de tronos. Lo importante es convertir la información inanimada, el puro dato, en algo significativo.


7. Utiliza tarjetas

 

Como si se tratase de una computadora, la información no sólo se almacena, sino que también se recupera. Cuando pasa cierto tiempo entre una sesión de estudio y otra, es probable que se nos olvide lo aprendido. Lo más útil, en ese caso, es apuntar las lecciones de manera esquemática en tarjetas que, con un simple vistazo, nos permitirán recordar todo aquello que se encontraba escondido en algún rincón de nuestra mente.


8. Duerme

 

Los estudiantes, incluso los universitarios, olvidan que es durante el sueño cuando se consolidan los conocimientos aprendidos durante el día, por lo que es preferible dedicar menos tiempo al estudio y más al descanso. Además, es más fácil olvidar lo aprendido durante las últimas horas del día, por lo que nada de atracones nocturnos.


9. Todas las partes de tu cerebro importan

 

Muchos docentes animan a explotar nuestras mejores cualidades. Por ejemplo, si gozamos de una buena memoria visual, debemos emplearla para recordar en qué lugar de la página se encuentra la información que habremos de reproducir en el examen. Sin embargo, los autores creen que se trata de un enfoque equivocado y que cada disciplina tiene sus propias peculiaridades y, por lo tanto, debemos utilizar todas nuestras capacidades mentales a la hora de estudiar.

 

Vivimos en una época en la que se favorece el aprendizaje crítico frente a la retención de información. Lo importante no es repetir como perico, sino ser capaz de manejar la gran cantidad de conocimiento que está a nuestro alcance.
 

 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la ideología de actitudfem.com

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