Casarse en Barcelona está de moda

El pasado fin de semana ocurrió uno de los acontecimientos sociales más inusitados en Barcelona: la boda india, protagonizada por una sobrina del multimillonario del acero Lakshmi Mittal, sorprendió a propios y extraños por su lujo, colorido y exotismo. Y es que casarse en esta capital mediterránea se ha puesto de moda entre los millonarios de todo el mundo.

La boda de Gulraj Behl, un ejecutivo en el banco HSBC de 36 años, y Shristi Mittal, de 26 años, tuvo como uno de sus escenarios el Museo Nacional de Arte de Cataluña, recinto que fue cerrado para celebrar el enlace matrimonial por el rito hindú.

Otros espacios que también fueron alquilados para recibir a los 500 invitados fueron el Museo Marítimo y el pabellón italiano de Montjuïc, durante los tres días que duró el festejo. ¿El costo? Hay quien habla de poco más de 60 millones de euros.

Barcelona: destino de boda

De acuerdo con El Periódico de Catalunya, el enlace del clan Mittal viene a ser “el súmum, el clímax de un fenómeno internacional como son los casamientos fuera del propio país, donde Barcelona se está haciendo un hueco con mayúsculas entre los llamados ‘destinos de boda’”.

Cada día, surgen nuevas empresas organizadoras que anuncian al mundo las excelencias de la capital catalana en materia de casamientos. Las claves del éxito se resumen en su buen clima, gastronomía, cultura, óptima relación calidad precio y estampas dignas de un álbum de fotos para toda la vida.

Se trata de un fenómeno global

En opinión de Marta Priu, de BCN Wedding Planners, organizadora de bodas, son muchos los extranjeros que en los últimos años aterrizan en Barcelona con una maleta y un anillo en el bolsillo. Tanto es así que uno de cada cinco casamientos en el Reino Unido se celebra ahora fuera del país, y en Estados Unidos, son uno de cada 10.

Salir a casarse al extranjero representa una oportunidad para que novios, familiares y amigos aprovechen la ocasión para disfrutar de unas vacaciones y permanecer unos días en la ciudad elegida por los contrayentes. También ocurre que muchas personas que viven fuera de su país decidan hacerlo en el de acogida.

Bodas civiles de ficción

Según El Periódico, el interés de los contrayentes por Barcelona es más estético y sentimental que práctico, ya que solo las bodas religiosas son legalmente válidas. Por el contrario, las civiles precisarían que uno de los contrayentes residiese en España, de modo que se opta por realizar una simbólica o ficticia, que luego los novios formalizan legalmente en su país.

De acuerdo con las propuestas de varias webs dedicadas a organizar bodas en la capital catalana, predominan enlaces de 50 a 150 invitados que se pagan vuelos y alojamiento y se quedan unos días en Barcelona.

El gasto por invitado ronda los 250 euros (alrededor de 4500 pesos mexicanos), sin contar la estancia. En comparación con el resto de Europa, un banquete con barra libre resulta mucho más asequible en Barcelona que en otros destinos del continente.

Regresando al cuento de hadas indio…

Claro que no todos los extranjeros que deciden venir a casarse a Barcelona tienen los recursos para cerrar un museo o llegar a la ceremonia montado en un corcel blanco, como lo hizo Gulraj Behl.

La boda india de la semana pasada ha roto todos los esquemas. No solo porque los colores “vetados” a los invitados eran el blanco y el fucsia (solo los novios podían llevarlos: él en su turbante y ella en el vestido nupcial), sino porque los “tortolitos” alquilaron un "drone" dotado de una cámara que sobrevolaba a los asistentes y filmaba cada momento, como cuando, después de la ceremonia nupcial, los novios y los asistentes disfrutaron de un espectáculo pirotécnico acompañado por el de agua y color de las fuentes de Montjuïc, éste último regalo de bodas de Barcelona a los contrayentes.

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