Ella no quiso soltar a su bebé cuando le dijeron que había muerto y sucedió este milagro
Kate pasó por uno de los peores momentos que una nueva madre puede sufrir. Cuando nacieron sus gemelos el doctor le informó que el niño, Jamie, no había sobrevivido. En su desesperación y su tristeza Kate tomó el cuerpecito de su niño prematuro y lo acurrucó en su pecho. Le pidió a su esposo que se quitara la ropa y la ayudara a darle calor a su pequeño.
Después de un rato de lamentar la pérdida de su bebé y platicarle todo lo que tenían en mente para su vida que ya no iba a suceder notaron algo milagroso; Jamie respiraba y se movía.
Las enfermeras les dijeron que se prepararan, que el bebé moriría de todas maneras, pero Kate y su esposo no soltaron a su pequeño ni un momento, hasta que lo vieron completamente recuperado.
Ahora Jamie y su hermana gemela son dos niños hermosos y felices, y sus papás no dejan de abrazarlos todos los días.
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