Está bien elegir tu carrera sobre el romance

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Aquí hay una confesión –aunque escribo una columna sobre relaciones y citas, y lo he hecho por bastante tiempo, actualmente no estoy saliendo con nadie. La última relación que tuve fue hace dos años y entre ese momento y ahora, he tenido una buena cantidad de citas, pero nada que haya valido la pena.

 

Las citas en general no son algo complicado, pero requieren trabajo, energía y tiempo que podría usar en otro millón de cosas, como aprender a tejer u hornear todo el pan que te puedas comer o a crear un roof garden que esté compuesto de dos tristes plantas y un montón de semillas.

 

La forma en que elegimos pasar el tiempo es nuestra elección, no es algo que se pueda juzgar y no es algo de lo que debamos avergonzarnos. Yo lo sé. Como una persona que voluntariamente elige pasar el tiempo revisando blogs de belleza y haciendo una vasta investigación sobre el mejor labial rosa para mi tono de piel, sé que podría aprovechar mejor la forma en que gasto el tiempo, pero también sé que la elección es mía y sólo mía. Es por eso que me siento totalmente cómoda al decir lo siguiente: en este momento, estoy eligiendo enfocarme en mi carrera en vez de en encontrar pareja.


Honestamente, para muchas personas, esto suena a excusa. Cuando una persona bien intencionada me pregunta si estoy saliendo con alguien, yo les digo que por el momento me estoy enfocando en el trabajo y que luego lidiaré con esa porción de mi vida. Antes solía romperme con la cara de confusión y luego la aparición en su cara de lo que intuyo es una extraña forma de simpatía de parte de la otra persona. Sé cómo se escucha. “Me estoy enfocando en mi carrera”, se oye como una forma simple de callar a alguien, una respuesta tan seca que tiene que ser una excusa, pero créanme, no lo es. 


Ser un escritor viene con el mismo estrés que las citas tienen activamente. Hay rechazo, una duda constante de ti misma y la ocasional sensación de destrucción en el  estómago, una voz que te dice bajito, “Tal vez sea mejor que te des por vencida y te resignes a hacer algo más”.


Las primeras citas son como entrevistas de trabajo. Gastan el mismo tipo de energía, te motivan a usar ropa súper incómoda y a tener el mismo tipo de plática banal. Al final, si nada bueno sale de eso, te vas con la misma clase de decepción silenciosa. Ni siquiera quería eso, te dices a ti misma. Sólo seguiré con lo que viene.

 


El hecho es que ambas situaciones requieren montones de energía. Buscar un nuevo trabajo o guiar el pequeño bote en el que te encuentras hacia mejores costas laborales y para tu carrera… requiere energía. Mandar cartas de presentación día tras día, después de trabajar ocho horas en tu actual trabajo, requiere energía. Escanear en una lista de trabajos en tu hora de comida requiere disciplina y una habilidad superior para esconder tu búsqueda de tu jefe en cualquier momento.

 

Las citas (románticas), aunque tienen una meta diferente, también se alimentan del mismo tipo y cantidad de energía. Tengo amigas que salen constantemente y que me dicen que en realidad es juego de números. Tira una amplia red, sé tan general como puedas y sólo tira tus chicles a ver que pega. Sal en tantas malas citas como puedas y con un poco de suerte una de ellas será buena.

 

Esto es más fácil decirlo que hacerlo, y aunque es tonto decirme a mí misma, Hey, en vez de pasar una hora antes de dormir buscando chicos en Tinder, podrías estar armando un plan de trabajo, esa es la forma en que funciona mi cerebro.

 

De verdad, lo que quiero hacer después del trabajo es sentarme en el sillón a ver “America’s Next Top Model” hasta que me quedé dormida, pero tú y yo sabemos que esa es una pérdida de tiempo, que mejor la reservas para la cruda del Domingo y los primeros días de tu periodo. Me obligo a buscar nuevos trabajos en vez de revisar mi perfil de Match.com, porque esa es la forma en que funciona mi cabeza.

 

Conozco a muchas personas que tienen citas y que además destacan en sus trabajos. No creo que una excluya a la otra. Es perfectamente posible tratar de tener una carrera exitosa mientras tienes una relación saludable. Una amiga mía tiene dos trabajos temporales y sale con al menos tres tipos con ayuda de algún tipo de magia que yo, sin duda, no poseo.


Algunos hasta podrían argumentar que el apoyo de una pareja es extremadamente valioso para crecer en tu carrera, o sólo para crecer como ser humano. No descarto nada de esto, pero soy independiente, terca y honestamente, me gusta hacer las cosas yo misma. Si voy a embarcarme en alguna especie de viaje personal, es algo que tengo que hacer sola. Crear un camino profesional que se ve y se siente bien, es algo que nadie más puede hacer por mí, es por eso que prefiero hacerlo a mi modo, sola.


Por más tonto y fantástico que suene, de verdad creo que afuera hay alguien para todos. También me gustaría creer que ahí afuera hay un trabajo para todos, algo que encaje perfectamente con mis talentos y que me rete a crecer profesionalmente. El esfuerzo que se requiere para conseguir ambos objetivos no tiene que ver con escarbar o tratar, tiene que ver con esforzarse. Como seres humanos sólo tenemos cierto nivel de energía y es importarte que tomemos decisiones que sean las mejores para cada una de nosotras, no para alguien más.

 

Me estoy enfocando en encaminar mi carrera a un lugar donde me sienta feliz, porque sé que eso me dará el impulso extra de confianza que necesito para atravesar OkCupid y encontrar el diamante perdido entre los carbones.


Tal vez poner mi vida amorosa en la parte de atrás sea un movimiento arriesgado, uno que en 10 años podría dejarme sola con mis gatos, pero sinceramente dudo que eso pase. Tengo suficiente fe en mi misma que al menos puedo tratar de tenerlo todo, sólo que a mi propio ritmo.


(via: The Frisky)

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