Este verano... ¡cuida tus ojos!

Por desgracia, pocas personas se detienen a pensar que el sol, fuente de radiaciones ultravioletas (UV), atraviesa la atmósfera y llega no solo a nuestra piel, sino también a nuestros ojos. Con el tiempo, si no hemos tomado las medidas correctas de protección, aparecen distintas patologías oculares producto de la exposición acumulativa a los rayos UV.

Las menos severas son los edemas (acumulación de líquido en el ojo), los eritemas (inflamación de los párpados) y la conjuntivitis (inflamación de la conjuntiva). Sin embargo, entre las más peligrosas destacan dos: las cataratas, que es la pérdida de transparencia del cristalino lo que puede llegar a provocar la pérdida progresiva de visión, y la degeneración macular, que es una enfermedad degenerativa que afecta al centro de la retina y que implica la pérdida de agudeza visual, llegando en muchos casos a provocar ceguera. Por desgracia, para este padecimiento no hay cirugías correctivas, como en el caso de las cataratas.

Lo explica un experto

Según el Dr. Javier Elizalde, oftalmólogo del prestigioso Centro Barraquer de Barcelona, la superficie ocular, por estar directamente en contacto con el exterior, es la parte más susceptible a sufrir fenómenos de irritación por el efecto de la radiación solar. Asimismo, “entre los procesos agudos es frecuente la inflamación de la córnea y de la conjuntiva (queratoconjuntivitis), que cursa con enrojecimiento ocular y sensación de cuerpo extraño y que suele mejorar rápidamente con un tratamiento tópico adecuado”.

Medidas preventivas

De acuerdo con el especialista, el uso de lentes de sol homologadas, con un filtro adecuado, protege el globo ocular de las radiaciones ultravioleta, aumentando el confort y la calidad visual en situaciones de intensa luminosidad, sin alterar la percepción de los colores. Al utilizarlas, se benefician especialmente las personas con más sensibilidad a la luz, como aquellos que han sido operados de cataratas y los que tienen los ojos claros, explica el experto.

Las gafas también resultan muy útiles como mecanismo de protección ocular en la práctica de deportes (natación, squash, deportes náuticos) y de otras actividades cotidianas como la jardinería, más frecuente durante las vacaciones.

¿Usas lentes de contacto?

El Dr. Elizalde advierte a quienes usan lentes de contacto que deben tener un cuidado especial durante los meses de verano, evitando su uso en la piscina y en el mar, por el riesgo potencial de contraer infecciones oculares que, en ocasiones, pueden ser muy graves. Para los portadores de lentillas, e incluso para cualquier persona, “es recomendable el uso de colirios lubricantes (lágrimas artificiales) para aliviar la sensación de “ojo seco” en ambientes con aire acondicionado o en aquellas circunstancias que aumenten la sensación de sequedad ocular”, señala.

La conjuntivitis de alberca

Es la típica infección bacteriana es la que se produce al nadar en una piscina. Algunas bacterias, como es el caso de las clamidias (Chlamydia trachomatis), no pueden ser eliminadas por el cloro, y pueden provocar conjuntivitis en los nadadores. Algunos virus, como el adenovirus y el virus del herpes, también pueden provocar conjuntivitis, las llamadas “conjuntivitis de las piscinas”. “Su tratamiento depende de la causa de la conjuntivitis, pero es imprescindible ponerse en manos de un especialista para que nos indique el tratamiento a seguir”, afirma el Dr. Elizalde.
Un último consejo del especialista: “no se debe sumergir la cabeza debajo del agua si se han sometido a una intervención ocular en las últimas tres semanas”.

Como cada verano, las recomendaciones son pocas para el cuidado de nuestros ojos.

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