Hacer manualidades es excelente para el cerebro
Si pensabas que tejer solo te ayudaba a relajarte y reconfortarte, tienes que conocer lo que la neurociencia dice acerca de las manualidades.
Recientes investigaciones neurocientíficas han demostrado que tejer y otras formas de artesanía textil como la costura y el crochet, tienen mucho en común con la atención plena y la meditación, lo que impacta positivamente en la salud mental y el bienestar.
Tras realizar una encuesta a más de 3.545 tejedores, Betsan Corkhill, un terapeuta del tejido con sede en Reino Unido, demostró cuáles son los efectos terapéuticos del tejido, Más de la mitad de los encuestados informó que tejer les hacía sentir “muy feliz”; muchos dijeron que tejían para relajarse, aliviar el estrés y ser más creativos.
Asimismo, el estudio encontró una relación significativa entre la frecuencia del tejido y el estado de ánimo y los sentimientos percibidos de los encuestados. Tejedores frecuentes (los que tejen más de 3 veces a la semana) eran más tranquilos, más felices, menos tristes, menos ansiosos, y con más confianza. Curiosamente, el estudio también demostró que las personas tejiendo en grupo, eran incluso más felices que los tejedores en solitario.
10 razones por las que ponernos a tejer
Según el estudio de Corkhill, existen diez razones por las que tejer con amigos puede mejorar nuestra mente:
- Desafío mental y resolución de problemas
- Conexión Social
- Plenitud
- Desarrollo de la coordinación mano-ojo, percepción espacial y destreza motora fina
- Aprender y enseñar
- Centrar la atención y los pensamientos en una tarea
- Fomento de la creatividad activa
- Da un sentido de orgullo y logro
- Enseña paciencia y perseverancia
- Facilita la formación de la memoria y la recuperación
De acuerdo con este terapeuta británico, “las habilidades y sentimientos experimentados mientras se teje y borda, también se pueden utilizar para facilitar el aprendizaje de las técnicas, como la meditación, la relajación y el ritmo que se enseña comúnmente en los cursos de manejo del dolor, o en el tratamiento de la depresión.”
Ya lo sabes, la naturaleza rítmica y repetitiva de tejer es calmante, reconfortante y contemplativa. Es tan benéfica, afirma Corkhill, que incluso Albert Einstein tenía fama de haber tejido para “calmar su mente y aclarar su pensamiento.”
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