Más niñas y mujeres son sometidas a mutilaciones genitales

Viviendo en pleno Siglo XXI y con el acceso a la educación y una mejor vida que tenemos, me cuesta trabajo creer que las niñas y mujeres sigan enfrentándose a males como la mutilación genital femenina. Para muestra, según cifras oficiales en el Reino Unido este mal aumentó en la última década por lo que la nación anunció una serie de sanciones para combatirlo.

Reino Unido es uno de los países más desarrollados del globo terrestre y, sin embargo, recientemente se dio a conocer que el número de mujeres sometidas a mutilaciones genitales en Gales e Inglaterra es el doble de lo que se pensaba.

De hecho, un nuevo estudió, dado a conocer por The Guardian, reveló que son más de 137 mil mujeres en Gales e Inglaterra las que sufren de la mutilación genital femenina. City University aseguró que en los últimos 10 años este mal se ha incrementado en la nación europea.

Ante la complejidad del problema, el primer ministro, David Cameron, anunció una serie de sanciones para los padres que permitan las mutilaciones en sus hijas. Como puedes ver, esta atrocidad ya es castigada en la nación pero ahora, se reforzarán las penas.

Asimismo, Cameron destinó 1.4 millones de libras para la aplicación de un programa preventivo que ayude a detener esta terrible práctica, para el cuidado de las víctimas y la orientación a los policías para manejar este tipo de casos.

Las cifras son aterradoras. Un nuevo estudio realizado en el Reino Unido arrojó que cerca de 103 mil migrantes de entre 15 y 49 y unas 24 mil niñas menores de 15 han sufrido de una mutilación genital femenina.

Definitivamente este es un problema que ni los gobiernos pueden ignorar y que necesita ser resuelto a la brevedad, pues coincido con las palabras del primer ministro, David Cameron:

“Todas las niñas tienen el derecho a vivir son violencia ni coerción, sin ser forzadas a contraer matrimonios arreglados o a tener que soportar una vida con los efectos físicos y psicológicos de la mutilación genital femenina.

Prácticas aberrantes como éstas, no importa cuán arraigadas estén en las sociedades, violan los derechos de las niñas y las mujeres en el mundo, incluido el Reino Unido”.

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