México no logra reducir la muerte materna

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En pleno 2014 las mexicanas siguen enfrentándose a graves problemas al momento de embarazarse y parir. Lamentablemente, nuestro país no está ni cerca de cumplir con los Objetivos del Milenio de la ONU para abatir este mal como nos lo cuenta Pascal Beltrán del Río en su columna de hoy:


El año entrante vencerá el plazo que se dieron los Estados miembros de la ONU en el año 2000 para cumplir los ocho propósitos de desarrollo humano conocidos como los Objetivos del Milenio.


Las metas, medibles mediante un serie de indicadores, tienen que ver con erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad entre géneros y la autonomía de la mujer, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/sida y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo.


Esta semana se revisó el nivel de cumplimiento de México de estos propósitos y se concluyó que si bien el país está en condiciones de dar buenas cuentas respecto de 85% de los puntos pactados, hay rubros en los que no se llegará a la meta.


Uno de ellos me parece particularmente preocupante y vergonzoso: la mortalidad materna.


En ese punto específico, México no está ni cerca de cumplir el objetivo, que es de reducir a 22.2 por cada 100 mil niños nacidos vivos el número de muertes de mujeres por causas asociadas con el embarazo y el parto.

 

La Razón de Mortalidad Materna (RMM) en México es de 43, de acuerdo con Conapo. Y si bien es cierto que se ha avanzado desde 1990, cuando era superior a 50, sigue siendo inaceptablemente alta.


Según datos del Observatorio de Mortalidad Materna en México:

 

En 2012 fallecieron 960 mujeres por estas causas en 2012, es decir, 2.63 mujeres al día en promedio. Pero el dato se pone peor cuando se revisa en detalles quiénes han muerto.


La mortalidad materna está íntimamente asociada con la pobreza y la falta de oportunidades.


Si el porcentaje de hablantes de una lengua indígena en México es de 6% de acuerdo con el INEGI, la proporción de mujeres fallecidas por razones asociadas con el embarazo y el parto es del doble.


Si el porcentaje de mexicanos sin escolaridad es de 3%, el de esas mujeres fallecidas es de casi siete por ciento.


Una de cada seis de esas mujeres no contaba con seguridad social. Una de cada nueve falleció en su casa. Una de cada ocho no tuvo atención médica. Una de cada 12 falleció al practicarse un aborto.


Es decir, aunque cualquier mujer puede estar expuesta a complicaciones por enfermedades hipertensivas del embarazo —razón por la que una de cada cuatro de esas mujeres muere—, la enorme mayoría de los fallecimientos ocurren en la capa más pobre de la población.


En los últimos meses se han conocido muchos casos a nivel nacional de mujeres que dan a luz en la calle o en los pasillos o los alrededores de clínicas de salud luego de que se negó o retrasó el servicio médico, lo cual es inaceptable.


En muchos de los casos de mujeres fallecidas por hemorragias, causas obstétricas y enfermedades hipertensivas durante el embarazo o el parto la mayoría de las veces no se entera la opinión pública.
 

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