Ahora sí, ¿'Cero Rechazo' a las embarazadas?

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El caso de Irma, la indígena mazateca que dio a luz a las afueras de un hospital público de Oaxaca, dio la vuelta al mundo y puso en evidencia la ineficacia del sistema de salud público en nuestro país. Por eso, el programa “Cero Rechazo” pretende terminar con esas desatenciones médicas y habilitar espacios para que las embarazadas sean atendidas.

 

Y es que el 14% de las malas prácticas médicas corresponden al área ginecobstetricia. Así lo dio a conocer la Comisión Nacional de Arbitraje de 2000 a 2012. Y es que pese al avance la mujer en la sociedad mexicana, aún nos queda mucho por hacer en el acceso a los servicios de salud.

 

Tristemente, el peor escenario es para las indígenas, pues como lo dio a conocer el Instituto Nacional de las Mujeres, 43 de cada 100 mujeres indígenas en edad fértil carecen de acceso a los servicios de salud.

 

Así, la Secretaría de Salud de Oaxaca dio a conocer que con la implementación del programa “Cero Rechazo” se pretende ponerle fin a los partos registrados a las afueras de los nosocomios mediante la habilitación de espacios para embarazadas.

 

Asimismo, se capacitará a los médicos para que no le nieguen la entrada al hospital a ninguna mujer que esté a punto de tener a su bebé, no importa si tiene o no los síntomas propios del alumbramiento.

 

En menos de 12 meses, 11 mujeres han dado a luz a las afueras de hospitales, mientras que otras lo han hecho en baños.

 

Así es, en pleno siglo XXI, en nuestro país, en donde tenemos hospitales con la más alta tecnología, siguen registrándose casos tan lamentables como que una mujer tenga a su hijo en la calle. Sin ninguna medida de seguridad ni sanidad.

 

Como ya te contaba antes, la peor parte la tienen que enfrentar las indígenas quienes sufren de gran discriminación por parte del sector salud.

 

Y es que, ¿de qué sirve que este año el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué haya anunciado una inversión de 550 mil dólares para el establecimiento de 50 nuevas salas de parto si no decrece el número de mujeres que alumbran en la vía pública porque no se tienen o no se quieren dar los espacios para hacerlo.

 

Tristemente Oaxaca no es el único estado en el que ocurren estos lamentables casos, Chiapas y Puebla, también con un buen número de mujeres indígenas, son otros de los territorios en los que las prácticas del área ginecobstetricia dejan mucho pero mucho que desear.

 

Es el momento de alzar la voz, exigir a las autoridades mejores prácticas médicas y luchar porque todas las mujeres tengan acceso a un espacio digno para dar a luz, pues por derecho les corresponde.

 

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