Este es el caso que conmocionó a la sociedad tailandesa

La violación y asesinato de una pequeña de 13 años en Tailandia conmocionó, no sólo al país sino al mundo entero pues lo peor de todo es que nos exhibe que los agresores sexuales no reciben el castigo que merecen.

Nong Kaem viajaba en un tren cuando su agresor sexual, Wanchai Saengkhao abusó de ella y la mató bajo los efectos de las drogas y el alcohol. El joven de 22 años confesó a la policía que golpeó a la adolescente hasta que perdió el conocimiento, y posteriormente la violó.

Una vez que Kaem recuperó el conocimiento, el joven la volvió a violar y la arrojó por la ventana. Cuando Wanchai llegó a Bangkok, vendió las pertenencias que robó de la adolescente, entre ellas su Smartphone que la policía rastreó y así pudo detener al agresor.

Por si fuera poco, Kaem no fue la única víctima de Saengkhao, pues éste también violó a algunas compañeras de su trabajo, que por temor decidieron no denunciar.

De acuerdo a diario El País, el último informe del Gobierno tailandés dio a conocer que en 2012, tres mil 431 mujeres denunciaron algún tipo de violación pero la policía sólo arrestó a mil 721 presuntos violadores.

El problema es que la mayoría de las mujeres que sufre alguna violación sexual decide callar, para muestra, un estudio local arrojó que aproximadamente 31 mil mujeres y niñas fueron abusadas en Tailandia pero no denunciaron por miedo a una represalia.

En Tailandia la pena de muerte está aprobada, pero ésta no se aplica para los hombres que violen a mujeres y niñas. El delito de abuso sexual se sanciona con prisión de 4 a 20 años pero si los agresores tienen buena conducta y colaboran con la policía, entonces la pena puede reducirse ¡hasta la mitad!

Es por eso que diversas organizaciones en defensa de las mujeres han salido a las calles de Tailandia a protestar y exigir la pena de muerte a los violadores, o al menos una mayor protección legal para mujeres y niñas, pues hasta ahora es insuficiente.