¿Y tú eres feliz?

¿Alguna vez te has preguntado si eres feliz? Benjamín Franklin decía que “la felicidad generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”. Y estoy absolutamente de acuerdo con él.

Seguro que tú conoces a alguien que siempre está anhelando tener algo (una casa, un coche), para ser feliz. Sin embargo, esto no es así, porque felicidad, bienestar y éxito…no significan lo mismo. A mis manos acaba de llegar el libro El arte de ser y estar, de Félix Torán, un doctor en ingeniería electrónica que también se ha convertido en un reconocido experto en crecimiento personal en España.

Felicidad no es posesión

En palabras de Torán, la felicidad personal no depende de nada en absoluto. “La felicidad siempre está ahí, lo que ocurre es que pasamos muy poco tiempo en contacto con ella”, explica. “Los éxitos se consiguen. La felicidad, no”, acota.

Para este escritor valenciano es conveniente diferenciar tres conceptos que solemos usar indistintamente, pero engloban ideas muy diferentes. Según la definición que establece Torán en su libro, el éxito consiste en “alcanzar nuestras metas y tiene que ver sobre todo con el futuro”, lo mismo que el bienestar, un objetivo que deseamos lograr. La felicidad, sin embargo, es algo mucho más profundo.

Mecanismos para conectar con la felicidad

Asimismo, Torán recomienda practicar el mindfulness, un hábito que consiste en “tener una experiencia completa del momento presente, sin juzgar ni intervenir de ningún modo”. No se trata de buscar analizar, comprender, o razonar; tan sólo hay que contemplar con “completa ecuanimidad”.

Otras herramientas que pueden ayudarnos a lograr la felicidad son la Programación Neurolingüística (PNL) y la higiene mental, que consistiría en “tratar la mente como un jardín del que se arrancan las malas hierbas y se riegan las bonitas flores (eliminando pensamientos negativos y reforzando los positivos)”, agrega Torán.

A través de la lectura de El arte de ser y estar, también aprendemos a combatir los tres sentimientos más arraigados en la sociedad: la ira, la envidia y el miedo, además de vencer dos “peligrosos hábitos tóxicos” de la actualidad: la procrastinación (ir aplazando las tareas para más tarde) y la queja. Estos conceptos nos impiden ser verdaderamente felices, ¿no te parece?

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