Cosas raras que nadie te dice del embarazo

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Antes de mi primer embarazo creía que era tan simple como en las películas de Hollywood: vomitar un día y limpiarse la boca elegantemente, tener una pancita perfectamente redonda y las caderas intactas, comer cosas raras y, a la hora de parir, pujar un par de veces sin que se te corra el delineador. Sin embargo, una vez ahí descubrí que el embarazo es un cúmulo de experiencias extrañas de las que las abuelas no hablan (y si lo hacen, nunca las quise escuchar). No quiero asustarte ni nada, pero éstas son algunas cosas que pasan cuando tu cuerpo fabrica un humanito en su interior:

 

Te sale pelo en los lugares más insospechados


La buena noticia es que el pelo brilla y te crece como a Rapunzel. La mala es que no sólo crece en la cabeza y, mientras más pancita tengas, más te costará rasurarte las piernas. ¡Total! Mejor relájate y déjalo crecer.

 

Tienes pies de hobbit

 

La mejor adquisición que podrás hacer son unos tenis cómodos y amplios, pues los pies llegan a crecer hasta un número más de lo normal. Además, es probable que se queden de ese tamaño para siempre.

 

Tienes sueños raros

 

Bebés unicornios, inundaciones en la sala de partos, doctores que no tienen idea de lo que hacen. Los sueños locos son tan comunes que tal vez quieras llevar un diario.

 

Estás cachonda todo el día

 

Normalmente pasa en el segundo trimestre, cuando ya no tienes náuseas y la panza aún no pesa tanto como para incomodarte. Incluso puedes tener fantasías que involucran a personas desconocidas u otras mujeres embarazadas. ¡Disfrútalo!

 

 

Lo hueles todo


Un chocolate recién abierto en el salón de junto, los tacos afuera del Metro más cercano, el refrigerador de la oficina. El sentido del olfato es tu mayor superpoder.

 

No puedes dormir acostada

 

Quienes te aconsejan dormir todo lo que puedas no saben que la acidez y el reflujo no te lo permitirán. El bebé aplasta tu estómago de tal manera que preferirás dormir sentada sobre tres almohadas.

 

La fuente sí se rompe

 

¡Y no es como en las películas! Es un chorro de líquido amniótico que parece no acabar nunca. Si te pasa en un lugar público, tendrás una historia muy graciosa para la posteridad.

 

¿Te ha pasado alguna de estas cosas? ¿Conoces a una chica embarazada que esté pasando por ellas? (¡Regálale un chocolate y un masaje en los pies!)

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