Las mujeres que crecemos sin una figura paterna somos más independientes
Muchas de nosotras crecimos sin una figura paterna como tal, y se han realizado muchos estudios para descubrir en qué forma nos afecta esta falta. Pero la realidad es que todo tiene lados positivos y negativos, y crecer con un padre ausente nos deja un gran aprendizaje: nos hace más independientes.
Las mujeres que crecen sin una figura paterna maduran más rápido, y están más acostumbradas a luchar por sus metas sin buscar la aprobación de otros.
Además, pueden manejar relaciones casuales de mejor manera, y se sienten más seguras de sus decisiones en cuanto a sexo se refiere.
También han encontrado que tanto las niñas como los niños de madres solteras suelen ser más responsables, pues se involucran con más frecuencia en las labores y tareas de la casa.
Por supuesto que tener un padre conlleva otro tipo de ventajas, pero al menos ahora sé que el gran esfuerzo que hizo mi mamá me ayudará a cumplir mis sueños.